𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐲 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚

7. Clases de Lockhart

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“LA CAMARA SECRETA”

La hora de la comida me dió tanto alivio, no pudo convertir un horrible escarabajo en un maldito botón y McGonagall le resto puntos a Gryffindor después de que le confesara que no practique durante el verano. Intenté decirle que estaba con mi familia muggle, pero no hizo caso, por lo menos fue lista en no creerselo.

Con la compañía de Hermione, Harry y Ron comimos tranquilamente hasta que mi pelirrojo amigo hablo.

— ¿Por qué las clases con Lockhart tienes corazoncitos? — preguntó Ron, examinando el horario de Hermione.

Dejé salir una pequeña risa mientras mi amiga de ponía roja y le quitaba su horario de un tirón.

— No es nada... ¡Eli! — grito Hermione buscando salir del momento incómodo — ¿No dijiste que querías unirte al equipo de quiddich? — ellos me miraron sorprendidos y yo no pude parar el sonrojo.

— ¿Hermione dice la verdad? ¿Quires unirte al equipo? ¡Por qué no dijiste nada! — mi amigo Ron siguió exclamando indignado y Harry se acercó a mi oído y susurró.

— Oí que Oliver está en busca de un nuevo cazador, Alicia Spinnet y Angelina Johnson son solo dos ¿Sabes? —  está vez me acerque yo a su oído y dije susurrante

— Gracias... pero Hermione exageró, dije que me gustaría unirme al equipo, no estoy segura de que el quiddich sea lo mío. Prefiero ser expectadora

— Pero... ¡Piénsalo! Soy el único de nuestra edad, los demás tienen catorce o más. Además, sería lindo que estés en el equipo

— No lo sé, Harry. No me veo en algo como el quiddich, me veo más como la mejor amiga del buscador estrella — mis otros amigos que también escucharon rieron con nosotros.

Terminamos de comer y salimos al patio. Era un bello día nublado. Hermione se sentó en un peldaño de piedra y se puso a leer el mismo libro que en el desayuno. Ron y Harry se sentaron en los escalones cercanos al peldaño. Yo decidí sentarme junto a Hermione en uno de los peldaños que estaba cerca a ellos.

Los chicos se pusieron a hablar de quiddich hasta que repentinamente sentimos una mirada sobre nosotros.

Era un chico de pelo castaño, de primer año. Tenía en las manos una cámara muggle de fotos.

— ¿Me dejas, Harry? Soy... soy Colin Creevey — dijo entrecortadamente, dando un indeciso paso hacia adelante —. Estoy en Gryffindor también ¿Podría... me dejas... que te saque una foto? — dijo levantando la cámara esperanzado

— ¿Una foto? — repitió Harry con aires de no comprenderlo. Pero mis instintos fotográficos de encendieron, rápidamente asentí.

— Para demostrar que te he visto — explico dando un lado hacia adelante —. Sé todo sobre ti ¡Me lo han contado! Cómo lograste sobrevivir cuando el Innombrable quiso matarte y que aún llevas en la frente la cicatriz con forma de rayo. ¡Si, esa, ahí está! — el chico hablaba con tanta prisa que era difícil entender todo lo que decís —. Un compañero me ha dicho que si te Eli el negativo y en la poción adecuada, la foto saldrá con movimiento. Es asombro, ¿No? No tenía ni idea las cosas extrañas que puede hacer la magia, has ya que llegó mi carta de Hogwarts, claro. Mi padre es lechero y tampoco podía creerlo. Así que ahora me dedico a tomar todas las fotos que pueda para enviárselas, y sería estupendo sacarte una — le dedicó una mirada como si estuviera rogando — ¿Alguno de tus amigos podría sacarnos una foto yo pueda salir contigo?