𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐲 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚

20. Cosas de San Valentín

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“LA CAMARA SECRETA”

A inicios de febrero Hermione se reintegró a las clases, algunos se veían sorprendidos por este suceso y otros decían que era la ventaja de ser amiga del heredero, totalmente ridículo si me lo preguntan, pero en fin, no es como si pudiera hacer algo para cambiar sus pensamientos.

Con febrero también llegó una fecha en la que surgieron nuevas parejas, chocolates y muchas muchas confesiones amorosa. Si, estoy hablando de San Valentín. Al inicio me parecía completamente adorable como las personas ser juraban amor eterno y se abrazan dulcemente, después de un rato viendo como absolutamente todos en Hogwarts se comían la boca, excepto por los grados inferiores, me sentí asqueada. Ya era lo suficientemente malo que nadie se me confesara, ¿Pero por qué debía ver a los demás jurarse amor cada que volteo de esquina?

Aun así, lo peor de todo fue el proyecto que el profesor Lockhart nos dejó a todos, darle el regalo perfecto por la fecha. Me dieron ganas de vomitar en cuanto leí los detalles de la asignación, se hacían en pareja y rápidamente decidí que Hermione era la mejor opción, al menos no reprobaría. Para que sea equivalente, yo haré la tarjeta y Hermione buscará el regalo, lo que sea que se imagine lo dividiremos por la mitad para que ninguna pague más o menos que la otra.

Harry y Ron, muy contrario a nosotras, decidieron que no les importaba sacar una mala calificación y solo envolvieron una barra de chocolate y le pegaron una nota que decía disfruta, entre signos de exclamación y con letras grandes. Me reí un buen rato cuando nos dijeron su idea mientras envolvían el obsequio, en ese momento yo hacía la tarjeta.

Cuando llegó la tan anhelada fecha de entregar el proyecto, durante el desayuno el profesor de DCAO cavó su propia tumba al insinuar que el profesor Snape podría enseñarnos a preparar un filtro de amor, literalmente Snape echaba humo de los furioso que estaba.

Los enanos se pasaron el día interrumpiendo las clases para repartir tarjetas, ante la irritación de los profesores. En clase de Lockhart, él se la paso recibiendo regalos de todos, nos había pedido darle algunas palabras tipo adulación antes de, dijo que era parte de la nota, nosotras pasamos con honores, pero lastimosamente mis mejores amigos reprobaron el proyecto, al parecer no leyeron el capitulo once de la autobiografía de Gilderoy Lockhart, donde afirma ser alérgico a cualquier tipo de chocolate, pero aun así se les agradeció intentar envenerarlo.

Al final del día, mientras nos dirigíamos a la torre de Gryffindor, pasó lo más gracioso que haya visto en mi vida. Oh, pobre Ginny Weasley.

—¡Eh, tú! ¡Harry Potter! —gritó un enano particularmente malhumorado, abriéndose camino a codazos para llegar a donde estaba Harry, mi amigo intentó zafar intentando irse pero fue inmediatamente detenido por mi persona —Tengo un mensaje musical para entregar a Harry Potter en persona —dijo, rasgando el arpa de manera pavorosa.