𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐲 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚

18. Tradición familiar

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"LA CAMARA SECRETA"

Me sentí algo sola en el expreso Hogwarts de regreso a casa, mis mejores amigos se quedaban en Hogwarts con una aventura de multijugos y yo tendría que volver a casa para pasar la Navidad con mi familia materna, los Anderson, pero aún tenía a Dean y Seamus para pasarla en el compartimiento.

En la entrada al andén nueve y tres cuartos me esperaban mamá y papá junto a Gabriella, quién tenía un corte de cabello nuevo, le llegaba casi por debajo de los hombros y de repente, sin aviso previo, sentí una fuerte opresión en el pecho. A decir verdad le quedaba hermoso pero verla así me hizo darme cuenta que mientras yo pasaba mis días en Hogwarts, en medio de un misterio dentro del internado que me mantiene lejos de la familia, ella continuaba con su vida, una normal y calmada vida sin el drama y preocupaciones de la mía.

Me explicaron que nana y nono ya estaban en casa, junto a mis tías, tíos y primos, ¡También mi madrina! Sentí bonito que la familia Anderson aceptara que mi madrina, su prometido, abue y Cameron pasaran las fiestas con nosotros en la clásica fiesta de Navidad, el año pasado no fuimos porque aun seguía algo distraída con Hogwarts y mis papas pensaron que lo mejor para el secreto sería que antes me acostumbrara a la nueva normalidad y después con una nueva prudencia me acercara.

Mi pequeña hermana me relato sobre su primer año en la primaria muggle, como hizo nuevo amigos y como mis viejos amigos se le acercaban para preguntar por mi, aunque claro ella no dijo nada cercano a la realidad, lo cual agradecí. Por mucho que me doliera saber que Gabriella era lo suficientemente madura como para irle bien en la escuela sin su hermana mayor, podía entenderlo, pero me dolió un poco más saber que mis amigos seguían con sus vidas sin mí, por muy egoísta que fuese, me ardía la garganta de solo imaginar que me olvidaron.

—... ¡Y Arnold creyó que nadie lo vio pero Linda lo delató! Estuvo castigado dos días enteros —chilló mi hermanita agitando sus brazos, como si estuviese haciendo una recreación de los hechos de una forma que me hizo reír mucho —. Pero seguro te aburre escuchar de la aburrida escuela mujle, háblame de Hogwarts de nuevo, hermana —pidió con ese brillar en sus ojos, su adorable mirada de cachorrito la había extrañado sin duda,

—¿Quisiste decir muggle? —ella asintió y volvió a juntar sus palmas en posición de oración —No hay mucho que decir, Hogwarts sigue siendo un internado, aunque si les soy sincera hay mucho drama últimamente ahí, es casi angustiante —baje la mirada junto a mi tono de voz, podía sentir las miradas curiosas de mi familia sobre mi pero lo dejé pasar, aun tenía cosas dentro de mi cabeza.

—¿Qué podría preocupar a esa linda cabecita tuya, Bethy? —sonrió ante la forma en la que su padre la llamó.

—Es que han ocurrido cosas extrañas en Hogwarts... —murmuré, no quería que se lo llegarán a pensar de más y tomasen una decisión como sacarme de la escuela y ponerme en una muggle, no pueden.