𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐲 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚

11. Aniversario de muerte

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"LA CAMARA SECRETA"

Lo prometido es deuda, la frase tiene tanta razón, mi mejor amiga tiene tanta razón. Como quisiera que no tuviera razón por una ves en su corta vida. Hermione me había arrastrado hasta nuestra habitación, dónde prácticamente me vistió, y de nuevo me arrastró hasta la sala común. Ya eran las siete, hora del aburrimiento mortal, en palabras textuales de Ron.

Solo espero que recuerden lo gran amiga que soy. Soy muy cariñosa, amable, bondadosa y noble. Ellos deben saberlo y amarme, que por algo mi sacrificio.

Así que a las siete en punto, los cuatro atravesamos el Gran Comedor, que estaba igual de brillante y rebosante de energía como el año pasado. Oh vida cruel. También estaba decorado con hileras de velas en el pasadizo que llevaba a la fiesta de Nick Casi Decapitado, a pesar de que el efecto no era alegre en absoluto, la vista era imponente.

La temperatura bajaba con cada paso que dimos, el ambiente se hacía más tenebroso. Cuando estuvimos lo suficientemente cerca, pudimos oír un sonido horroroso, sonaba como si mil uñas arañasen una pizarra.

— ¿A esto le llaman música? — se quejo Ron. Doblamos una esquina y ahí, aguardando estaba el fantasma del aniversario de muerte.

— Queridos amigos — dijo con profunda tristeza, ¿Está bien que esté triste en su fiesta, aunque esta sea por su aniversario de muerte? —, bienvenidos, bienvenidos... les agradezco que hayan venido...

Hizo una floritura con su sombrero de plumas y una reverencia señalando hacia el interior.

Lo siguiente que vimos fue increíble. 

La mazmorra estaba llena de cientos de personas transparentes, de color blanco perla, obviamente fantasmas. Se movían sin ánimo por una sala de baile abarrotada, bailando el vals al horrible y trémulo son, sobre un escenario vestido de tela negra. Del techo colgaba una lámpara que daba una luz azul medianoche. No era la decoración más adorable pero sin duda llena de esmero.

— ¿Damos una vuelta? — propuso Harry al bajar la mirada, y notar que sus pies temblaban.

— Seguro — respondí sin dejar de ver a los montones de fantasmas moverse de un lado a otro con nerviosismo.

— Cuidado, no vayas a atravesar a nadie — advirtió Ron, algo nervioso, mientras empezábamos a bordear la sala de baile. 

 — Explícame, Ron ¿En qué posible universo se nos ocurriría atravesar un fantasma? — él se encogió de brazos y yo solté una risa.

Pasamos por delante de un grupo de lo que parecían ser monjas fúnebres, de una figura harapienta que arrastraba cadenas y del Fraile Gordo, claro que fue Hermione quien nos dijo que son. Vimos al alegre fantasma de Hufflepuff hablando con un caballero que tenía clavada una flecha en la frente.