𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐲 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚

15. Hipócrita

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"LA CAMARA SECRETA"

Llegué a tiempo con Ginny y los chicos, me preguntaron donde había estado pero antes de que pudiera contestar los jugadores salieron. Animados por la multitud que les apoyaba, los jugadores se elevaron hacia el cielo. Harry ascendió más que ningún otro, Malfoy se le acercó por un momento, solo unos segundos antes de salir disparado por debajo de Harry.

—Cuando toque el silbato —dijo la señora Hootch con el objeto en su mano —¡Tres... dos... uno! —y el sonido agudo fue escuchado por todo el estadio.

Vitoree en celebración. Puede que esté amargada con Harry por no decir nada, si, fue cobarde, pero no podría no apoyarlo en algo tan importante como lo es el quiddich para él. Digo, según mi opinión el deporte es más interesante que el futbol, aun así no es algo que yo haría.

No vi por donde vino aquella bludger que disparaba hacia Harry. Uno de los gemelos por poco alcanzó a desviarlo.

—¡Pero que suerte! —gritó Seamus señalando en dirección de Harry, al cual solo rosó la bludger.

Fue lamentable lo poco que duró su paz. Pareciera que mi amigo tiene una especie de maldición que lo hacer ser el centro de todo lo malo que pase en Hogwarts. No me gusta. Cubrí mis ojos con ambas manos en el momento en que vi a la misma bludger ir directo a Harry una vez más.

A pesar de las protestas de mis amigos, me negué a bajar mis manos, una bludger que persigue solo a un jugador es de temer. Rogué a quien sea que esté arriba por proteger a Harry. Sentí mi ropa empezar a mojarse, así como mi cabello. Recórcholis. Empezó a llover.

Casi me eché a llorar cuando Neville gritó su nombre, sentí algo feo en mi pecho, como si apretara. Lo supe de inmediato. La bludger había golpeado a Harry.

—Vamos, ya pasó, abre los ojos —la voz de Dean me tranquilizó, algo que parecía pasar siempre que estaba en su compañía. Dean desprendía paz, me hacía sentir repentinamente tranquila y a salvo.

De a poco descubrí los ojos y cuando lo hice Harry saltó de su escoba. Ahogué un grito tapándome la boca con ambas manos, pero de todas formas se oyó un grito, Ginny grito.

Se levantó tambaleante unos segundos, la multitud vitoreo su victoria y justo cuando creí que estaba bien cayó al suelo. Y se desmayó.

Mi primer instinto fue salir corriendo en su ayuda, vislumbré a Ron y Hermione hacerlo; sin embargo, yo ignoré la vocecita en mi cabeza que me gritaba por ignorar sus palabras.

Entonces fue cuando me dí cuenta de algo que había estado ignorando los últimos días.

—Vámonos de aquí, no tenemos nada que hacer ahora que el partido acabó —me vieron pasmados unos segundos antes de compartir miradas entre ellos, la pelirroja cabellera de Ginny llamó mi atención —¿Que sucede, Gin?