Nochebuena

3.7K 573 94
                                    

La música de villancicos que habían estado escuchando se terminó, y Yibo se puso de pie y se dirigió a las niñas.

—Xuanyi y Lusi van a pasar en la televisión unos dibujos animados sobre Santa Claus. ¿Quieren verlos?

Zhan lo observó mientras encendía el plasma.

¿Eran imaginaciones suyas, o aquello era una retirada? ¿Sentiría que había revelado demasiado de su vida?

Zhan se recostó en el sofá y observó a Yibo, que envolvió de nuevo a Xuanyi en su manta y se sentó con Lusi en el suelo. Por alguna razón, a él le resultó una acción tan conmovedora, que casi se echó a llorar.

El resto de la tarde transcurrió tranquilamente. Las gemelas estaban tan excitadas que, en vez de seguir su horario habitual, cenaron con los mayores. Al llegar a los postres se caían de sueño, y cuando Yibo tomó a cada una en un brazo, Zhan subió con él para acomodarlas en sus camas asignadas. Era consciente de que era un momento muy íntimo, pero había sucedido así. Acostaron a las niñas y Zhan las quedó contemplando un momento.

—Las quieres mucho, ¿verdad? —susurró Wang.

—Son mi vida —respondió con sencillez.

—Lo sé.

Se acercó a Xiao Zhan y le tomó el rostro para que lo mirara.

—Creí que sería demasiado fácil salir contigo —murmuró seductoramente—, pero no es así, y lo debes saber. Te deseo y te necesito.

Lo sacó de la habitación mientras hablaba, cerró la puerta cuidadosamente y lo tomó en sus brazos en la penumbra del pasillo. No necesitaba decir nada. El deseo le inundaba los ojos y su boca hambrienta buscó la de él.

Zhan se apretó contra el menor y respondió a su beso mientras su cuerpo se derretía de placer. Entonces, Yibo dejó sus labios y bajó por su cuello, Zhan se echó hacia atrás dejándolo acceder más, una de sus manos fue directo a acariciar sabiamente su trasero hasta que lo hizo gemir.

Algo había cambiado, se dijo Zhan.

Wang había bajado la barrera de autocontrol que había mantenido hasta entonces. Aquella acción era tan deliberada como poderosa. Yibo pretendía que fuera consciente de que él también lo deseaba. Pero él lo sabía desde mucho antes…

Estaba completamente en sus manos, experimentando sensaciones increíbles desconocidas hasta entonces.

Quería fundirse con Yibo mientras alimentaba su pasión con la que él le brindaba. Aquello no tenía nada que ver con lo que hacía Ayanga, pensó.

¿Cómo sería ser amado por Wang Yibo?

Pasar con el menor toda una noche, explorando, acariciando, besando su hermoso cuerpo y dejándole hacer lo mismo con el suyo. Porque él lo haría, querría hacerlo. Yibo no era de los de un encuentro rápido.

Yibo lo apoyó contra la pared y lo volvió a besar, y Xiao pudo sentir su excitado miembro. Le gustó sentir cuánto lo deseaba, le hacía sentir la potencia de su masculinidad como nunca antes lo había vívido.

Se oyeron voces en la planta baja y llegó hasta ellos el aroma del café. Zhan sintió que Yibo se apartaba de él con un gruñido, respirando excitado aún.

—Tenemos que bajar —murmuró con voz ronca—, desafortunadamente.

Él asintió.

Intentaba que su respiración volviera a su ritmo normal, le ardían las mejillas y le temblaban las manos ante el deseo que el menor había liberado en él. No sabía que fuera capaz de experimentar esas sensaciones, y ahora que Wang lo había soltado, estaba como desorientado.

Eve Of SmilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora