En esta historia de amor y superación Juan Pablo Villamil se encuentra en un una difícil situación, de la cual no encuentra salida.
Evangeline será su guía y más, también lo que necesita para volver a percibir el mundo desde su nueva condición. Sie...
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Evangeline, se encontraba aquella tarde en la estación de enfermería, estaba organizando algunos expedientes; cuando la solicitaron por medio de los altavoces, el mismo mencionaba que se le necesitaba el la unidad C-4.
Le tomó menos de un segundo descifrar que el 4 se refería al piso, en el cual se encontraba la UCI, y que la letra C; representaba el cuarto de Villamil.
Corrió, como si le acabaran de informar de algún código azul, buscando el elevador más cercano. Cuando llegó a la unidad, se arrepintió de aquel pique de velocidad, pues ya se encontraba con taquicardia y le dolían las costillas al respirar.
Mientras se colocaba la indumentaria, trataba de recuperar el ritmo normal de su respiración.
Entró de inmediato a la habitación, y a primera vista le impresionó la cantidad de gente que había allí, desde especialistas, internos, enfermeras, asistentes.
Para relajarse pensó, que sólo faltaba el personal de aseo.
Inmediatamente se enfocó en el chico en la cama, se movía lentamente, parecía estar adolorido, algo normal si estas en la misma posición por tanto tiempo. Evangeline, analizaba con detenimiento cada uno de los movimientos de Juan Pablo.
Quien logró alcanzar la zona alrededor de sus ojos, tocó el vendaje y con desesperación intentó quitarlos en un intento fallido, lo mismo ocurrió con los monitores e intravenosas. Terminó con arañazos en los brazos y unos pocos en su mejilla, se notaba desesperado y Evangeline, también perdía la calma.
Emitió un alarido pidiendo ayuda, y a pesar que le puso tanta fuerza a ello, casi nada se logró escuchar.
Justo en este punto, Evangie, dió un paso al frente decidida en intervenir para ayudarle de alguna manera, pero el Dr. Gaston la detuvo; acto seguido le murmuró algo a la enfermera, quien segundos después se acercó a Villamil, con una inyección de un líquido celestino, que luego enterró en la pierna del joven. Que se quejó de dolor con lo que le quedaba de voz.
Evangeline, realmente enojada, por como se dió la situación se alejaba a paso rápido fuera de la unidad, no sin antes ser llamada por Gaston…
— Evangeline, sé que esto no fue fácil para tí, pero no podía dejar que te acercaras más, antes de calmarlo podría haber sido para empeorar la situación…
Aún no está preparado para todo esto, debe recuperar su voz, y mejorarse de algunas otras heridas.
Hasta que eso pase lo mantendremos sedado, la próxima vez que lo intentemos, le quitaremos las vendas y solo estaremos tú y yo. Creo que el factor de la multitud pudo estresarlo, también.
