En esta historia de amor y superación Juan Pablo Villamil se encuentra en un una difícil situación, de la cual no encuentra salida.
Evangeline será su guía y más, también lo que necesita para volver a percibir el mundo desde su nueva condición. Sie...
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1
El clima se abre paso entre la multitud que se aglomera tratando de evitar la fría lluvia bogotana.
El frío es lo que menos le importa a nuestro chico del banjo.
Nadie parece comprender la indiferencia al torrencial del joven que parece acongojado bajo la lluvia.
El corazón de Villamil, yace en pedazos, siendo lavado por cada gota que cae del cielo.
Se encuentra en negación, debe comprobar de alguna manera que no es un mal sueño, debe despertar de esta pesadilla.
“Todo es falso, un chiste de mal gusto, de esos tan malos que se tira Simón.
Evangie, lo espera. Sentada en medio del invernadero, sólo tendría que cruzar aquel camino que alguna vez aprendió.
El día que tomó la mejor decisión de su vida. Evangeline espera…”
2
Isaza, se encuentra de regreso en su tierra natal.
Martín, está en L. A. Su primera vez en un desfile de modas altamente reconocido, prepara los últimos detalles para la pasarela, no puede evitar la emoción. Y en el fondo le gustaría que sus amigos de toda la vida estuvieran allí.
Simón, en un avión a México emocionado por ver a su novia, luego de más de un año de una relación a distancia que se ve ahora fortalecida con este futuro encuentro.
Ya en la autopista saliendo del aeropuerto, Isaza, recibe una llamada de su hermano de otra madre Villamil, le sorprende un poco pero no duda en contestar; acto seguido se coloca el manos libres.
— ¡Villaco!, hermano. Diga ¿Cómo le va?
Lo único audible es el salpicar de la lluvia…
— ¿Villamil?... Perro, dígame, ¿le pasa algo?
…
— Evangie, ¿está allí con usted?
— Está muerta.
Respondió Villa, tan frío como el ambiente.
Isaza, se orillo a un borde de la calle, pues le pareció que sus oídos le jugaban una mala pasada.
— ¡¿Cómo dices?!
— ¡PUTA VIDA! ¡QUE SE MURIÓ, YA NO ESTÁ!…
Gritó Villamil, al teléfono con toda la rabia y la poca fuerza que tenía. Mientras sollozaba sin parar…
