8-Meseras

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Capitulo 8

Llegamos al agradable ambiente del restaurant. Tenía música en vivo, un pianista de cola acompañaba a una muy bella cantante. El lugar a simple vista parecía muy costoso y exclusivo. Pero al entrar y tratar con los camareros te hacían sentir muy cómodos, a pesar de ser la pareja más joven y menos formal que se encontraban ahí.

-Hola, soy Cassie, seré su mesera el día de hoy- dijo tímidamente una chica un poco pasada de peso, pero de cara muy linda.

-Hola Cassie- le salude con una sonrisa- ambos vamos a pedir una lasaña.- ella iba a hablar pero yo ya conocía muy bien lo que iba a preguntar y continúe- el tomara la jarra de agua mineral con gas y yo una Pepsi.

-Ok, vendré con los bebestibles de inmediato, y probablemente la lasaña este en 20 minutos.

-Me parece- sonreí. Ella me devolvió la sonrisa y se dio vuelta.

-¿Nostalgia?- me pregunto Sam

-Esa era la reacción que esperaba cada vez que tomaba una orden. Mírala, le saque una sonrisa. ¿Por qué a la gente le cuesta tanto decirle cosas tiernas o lindas a las otras? En la vida podemos decir infinidades de palabras.

El asintió de manera pensativa.

Volvimos a hablar de cosas triviales, sobre los últimos exámenes y a reírnos un rato imitando a algunos profesores. 25 minutos después llego nuestro pedido. Cassie lo dejo con delicadeza sobre nuestra mesa y antes de irse nos dijo provecho.

Comimos la exquisita lasaña. Sam fue lento, aún tenía un poco delicado el estómago, a pesar de que con la receta de la abuela se te pasaba todo. Estábamos a punto de terminar nuestros platos cuando escuchamos un fuerte ruido.

-¡Por dios! ¡Mira ese desastre!- exclamo un hombre sentado en una mesa con otras dos parejas y ningún niño. Raro.

-Lo siento señor- se disculpó Cassie. La bandeja con los bebestibles había caído sobre la mesa y luego en el suelo.

-¡Por Dios que incompetente!- dijo otra señora en la misma mesa.

Al parecer todos observaban la escena. Vi a unos camareros en una esquina pidiendo un trapo para limpiar o algo así.

-¿Por favor niña, te puedes apresurar?- le pregunto otra señora un poco más joven que la anterior.

-Sí, lo siento- se disculpó Cassie.

Me fije que todas las personas habían vuelto a su conversación. Al ver a Cassie ahí, tiritando de los nervios, me hizo recordar una escena de mi último trabajo. Me había pasado algo similar a eso. Mi jefe salió y me grito atrocidades en frente de todos los comensales. Fue muy vergonzoso. Pero no me quede callada, me defendí. Lo deje peor a él y renuncie ahí en frente de todos. Jamás había dejado que nadie me tratara de esa manera.

-¿Estas bien ________?- dijo sam acariciándome la mano.

-Lo estaré ahora- me pare de la mesa. Le quite la bandeja a un mozo que iba pasando y comencé a poner los trozos de vidrio rotos y algunas botellas enteras sobre esta. Cassie me miro sorprendida.

-Gracias- me susurro.

Todos volvieron los ojos otra vez observándonos a ambas. Llego el trapo y seque el suelo y la mesa. En poco tiempo estaba todo como si nunca hubiera pasado nada.

-Que tontería!- rio el mismo señor que la había avergonzado antes. -Que mal educada- volvió a decir, pero ambas lo ignoramos.

-Déjenme ayudarles- escuche la voz de sam

Tomo la única copa de vino servida en la mesa de los ricachones y se la tiro en la camisa al detestable señor.

Todos se asustaron y el hombre se paró bruscamente de la mesa. Con una cara de “te voy a asesinar”

-Hora de irse- dije nerviosa y tire a Sam del brazo- Adiós Cassie, ¡que estés bien!- grite mientras empujaba a sam

-¡Deje el dinero sobre la mesa!- grito antes de salir.

Salimos por la puerta y desde adentro escuchamos los gritos del viejo ese: “Me las vas a pagar maldito”. Corrimos unas 4 calles más, para después al fin parar a recuperar el aliento.

-Me encanto la cara que puso cuando le tiraste el vino- reí aun con la respiración agitada.

-Era aún mejor la de la mujer a su lado- soltó una carcajada.

-Podría volver allá y darle una bofe...- tomo mi cara entre sus manos y me callo con un dulce beso.

-Eres maravillosa- dijo sobre mis labios.

-Te a...- las palabras casi se escapan de mi boca pero un conductor me asusto con el sonido de su claxon- Lo siento- dije dándome cuenta que estábamos en mitad de calle.

-Gracias a Dios nadie nos mató.

-Si...- pensé- ¿vamos a casa?

-Vamos- dijo tomando mi mano con delicadeza.

Llegamos al departamento y vimos la película que habíamos rentado en el camino. Nos quedamos dormidos en el sofá.



Nueva portada!!
Esta re linda para mi me encanta gracias HemmiHoranStyleSwag por la bella portada

I Know Were In TroubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora