32-Niña Malcriada

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Mi vista seguía nublándose más. Me sentía horrible. Tome una profunda respiración para poder tranquilizarme.

-Oye cuéntame. Ya te graduaras, ¿estas emocionada?- pregunto mi madrina.

-Sí, mucho- intente mirarla fijamente

-¿Ese guapetón de allá atrás es tu novio?

-No, él es solo un amigo, Matt.

-Aaah...pero ¿tienes alguno?

-Tenia, sí. Era Sam, era un adorable niño. Pero no era un buen partido para _____. De verdad. Si supieras como eran sus padres- rio burlonamente.

-Su madre es una buena persona- agregue.

-Sí, aunque la pobre esta tan quebrada. Supe que su esposo la golpeaba. ¿Te imaginas? Yo jamás aceptaría eso, en mi vida.

-Por Dios, pobre mujer.

-Menos mal que mi hija vino acá. ¿Te imaginas en que se transformaría Sam en futuro?

-Oh, por supuesto.

-No tía Mildred. Sam no es como su padre ni nunca lo será.

-Cariño, no te engañes. Tal vez no sea así ahora. Pero cuando se case y sepa que tiene todo tu poder...se pondrán las cosas complicadas.

-Yo lo sabría llevar.

-Puedes tener razón. Estoy segura que si alguien le pusiera una mano encima a _____, ella no lo permitiría y pondría las cosas en orden.

Y ahí solo me quede callada. Eso es lo que debí haber hecho. Por mi naturaleza de dominar al que sea. Pero no podía si sabía, teóricamente porque lo hacía San. Eso me cayo peor y tuve que pararme de la mesa dispuesta para correr al baño.

-¿Adónde crees que vas? No seas mal educada.

-Lo siento.

-No te estará incomodando que hablemos así de Sam ¿verdad? Creí que ya lo habías olvidado.

-Pues, un poco sí. Mamá, no sé si recuerdas. Nunca he terminado con él.

-¿Siguen de novios?- pregunto dramáticamente.

-Sí.

-Pero...por Dios, te vi tan unida a Matt

-Ya dije que es solo un amigo. Yo amo a Sam. Ahora si me disculpan, necesito ir al baño.

Tiro de mi brazo.

-No me gusta él para ti _____.

-¿Lo podemos hablar después? Es el cumpleaños de papá.

-De ninguna manera. Siempre les puse alto a mis hijos en el mismo instante. Y siempre lo hare. Excepto claro, cuando te escapaste de mis manos, rebeldemente.- tomo mi muñeca con fuerza.

-¡Mama suéltame!

-Disculpen, ¿puedo tomarles una foto?

Se acercó un señor con una enorme cámara y unos lentes medio hipster.

-Por supuesto- respondió mi madre.

-Señora Philips, aquí esta su silla.

-Oh, gracias. Ahora me sirve de mucho.- dijo con sarcasmo.

-Gracias Austin- dije y le rodé los ojos a mamá.

-Ven acá- tiro de mi brazo.

Ahora sí, lo tenía en mi esófago.

-Tendrá que ser después- me disculpe con el fotógrafo.

-¡______! Ya sé lo que quieres hacer. Quieres arrancarte de la fiesta para ir a verlo- me regaño.

-No, no lo hare.

-Te prohíbo verlo

-¡No puedes mandarme!

-¡Claro que puedo! Si se trata de protegerte de el!

-¡No!- chille. Llamando la atención de todos. Me solté de ella. Había un horrible silencio. Hasta el pianista se detuvo. - Y harías un bien si dejas de insultarlo, él no es nada de lo que tú dices. Es la mejor persona del mundo. Solo que tiene problemas. Pero son más fáciles de solucionar que los que tú tienes.

Se escuchó un gran Ohh, en la terraza.

-¡Niña malcriada! ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera?

-Si te metes con él, nunca me quedare callada.

Su cara de indignación me provoco risa. Pero me la aguante. Todos trataron de volver a su conversación, aunque discretamente nos ponían atención.

-Sube ahora mismo a tu habitación. No te quiero ver más en todo el día- hablo bajo y amenazante.

Sentí un pequeño nudo en la garganta. Aunque mi mamá haya actuado como una verdadera villana, no le quitaba el hecho de que ella era mi mamá. Ella, aunque solo los primeros meses, me había cuidado, y amado. Quizás siempre me amo. Pero le costaba demostrarlo.

Se merecía una disculpa de mi parte por haberla humillado. Pero lo único que salió, fueron los canapés.

Papá llego a mi lado. Y fue lo último que recuerdo.

I Know Were In TroubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora