Castigo...

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Apenas llegaron a la casa de SeokJin el oficial se bajó del auto y se dirigió a abrir la puerta a su pelinegro, el mayor se sorprendió de esta acción pues se supone que estaba molesto por su estrategia en el estacionamiento pero simplemente bajó con tranquilidad y cuando pensaba caminar hacia la puerta NamJoon lo tomó por sorpresa pues de la nada le sujetó la muñeca para detener su camino y sin previo aviso lo cargo en su hombro como si el mayor fuese un costal. Jin comenzó a moverse con impaciencia y golpeaba la espalda del moreno para liberarse pero era inútil.

--- Suéltame!!! --- exigió Jin con tono autoritario.

--- Te dije que tendrías tu castigo... Jinnie --- el menor lo tenía atrapado con sus fuertes brazos mientras caminaba hasta la puerta de su hogar abriendo lo más rápido posible a pesar de que el pelinegro estaba sumamente inquieto en ese momento.

--- Bájame ahora Kim NamJoon!! --- seguía ordenando, pero NamJoon no parecía escucharlo en absoluto.

Después de cerrar con seguro NamJoon bajo a Jin de su hombro para recargarlo a la pared más cercana dejándolo sin escapatoria nuevamente, era imposible liberarse de aquel oficial, estaba molesto por las acciones de su amado y por eso le daría un dulce escarmiento, eso había funcionado la última vez y en esta ocasión no sería lo contrario, un digno castigo para ese hermoso y autoritario hombre que tenía al frente. Jin estaba con el seño fruncido pero eso no le impidió al menor acercarse lo suficiente para besarlo apasionadamente, SeokJin estaba atónito, tal como la vez pasada, ese extraño comportamiento en el oficial lo hacían perder el juicio.

--- NamJoon... Espera... --- Jin no podía con tales actos, NamJoon lo estaba besando como nunca y eso le gustaba, le encantaba, por eso ahora se sentía el doble de molesto consigo mismo --- basta... --- suplicó.

--- Cállate --- el moreno daba caricias impacientes en el cuerpo del mayor, sus manos expertas tocaban la cintura del contrario y sus besos ahora bajaban al cuello de un SeokJin completamente perdido, ya no estaba molesto, ya no se sentía impotente, solo deseaba que NamJoon siguiera besándolo de esa forma, tocándole de esa forma.

--- Mmm ~ ... --- SeokJin comenzaba a delirar con las caricias de Kim NamJoon, ese joven de tez morena simplemente lo hipnotizaba cada vez que estaban juntos, le apretaba la cintura mientras lo torturaba con pequeñas mordidas en su cuello y parte de sus clavículas que estaban a la vista por lo ancho de su camiseta. El menor lo sujetó de las piernas para cargarlo y el pelinegro soltó un jadeo para después rodear su cuello continuando con los deliciosos besos que se daban, para comerse y jugar perversamente con sus lenguas, los chasquidos y jadeos eran lo único que podía escucharse en aquella sala de estar.

NamJoon con cuidado se dirigió al segundo piso de la casa para ir directo a la habitación que compartía con el pelinegro, cerrando la puerta rápidamente y dejando a Jin sobre el tocador de la habitación.

--- Esta no es la cama --- reclamó el mayor.

--- Quién dijo que te lo haré en la cama? --- el oficial tenía la voz ronca y esto hacía la situación aún más candente.

--- Idiota...

--- Shhh... No tienes permitido hablar Jinnie --- el moreno volvió a besarlo para después despojarlo de su camiseta y también de la propia, sin decir más continúo con los acalorados besos en su pecho y parte de su vientre dejando dolorosas marcas que hacían jadear al mayor.

Sin pedir permiso quitó el pantalón del pelinegro acariciando sus piernas con devoción, era tan hermoso y perfecto en todos los sentidos y tenerlo desnudo solo para él era simplemente alucinante, porque ese chico de carácter fuerte y autoritario perdía la cordura en sus manos, se dejaba hacer como si fuera el más sumiso del mundo y eso lo ponía aún más, lo hacía desearlo cada minuto, querer tenerlo por siempre de esa forma, ser el único que pueda provocar ese choque emocional en el mayor.

Las Bestias [NamJin] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora