Capítulo 26. Tienes en los ojos girasoles

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¡Hola!
Me quedó un capítulo de 13.000 palabras y lo dividí en dos, así que publicaré hoy y el capi 27 como prefiráis, o mañana o el lunes. Ya me decís si os parece mucho dos días seguidos.
Espero que no os importe, así que este quedó cortito y el otro será largo.
GRACIAAAS por leerme, se admiten sugerencias, críticas y eso pero no me odiéis! xD

PD- el título del capi es una canción de una cantante española que me gusta.
"Girasoles", así tal cual.
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Capítulo 26. Tienes en los ojos girasoles

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—¡Shoyo, píllala!

Hinata vio la espuma de afeitar de Bokuto-san volando por los aires, la siguió con la mirada y dio un buen salto para atraparla, subiéndose al banco del vestuario. Corrió por él, en calzoncillos, pisoteando la ropa esparcida por todas partes -la mayor parte suya, para qué engañarse- y esquivando con dificultad a Ushijima-san, que estaba depilándose las piernas con un cuchilla como si la cosa no fuese con él.

En serio, depilándose las piernas.

Hinata anotó mentalmente la necesidad de preguntarle a Kageyama si él también debería depilarse para convertirse en un as del remate. Había leído en algún sitio que los nadadores se afeitaban para ser más rápidos en el agua. A lo mejor si hacía lo mismo podría saltar cuatro metros, o algo.

—¡Estoy libre, Chibi-chan!

Sin mirar si acertaba con su posición, pasó la espuma hacia la izquierda, de donde venía la voz de Kuroo-san, justo a tiempo. Bokuto-san cayó sobre él, gritando, y acabaron los dos en el suelo, en un lío de piernas y brazos. Bokuto se incorporó de un salto mientras Hinata intentaba recuperarse del ataque de risa que le estaba matando.

—¡Ah, no es justo! ¡Tres contra uno! —lloriqueó Bokuto, acercándose a Kuroo con su mejor cara de perro apaleado. Hinata salió corriendo para desmarcarse. Atsumu recibió el bote desde dentro de la ducha acompañando el gesto de una carcajada, y se lo volvió a lanzar a Hinata, que lo atrapó corriendo hacia él a toda velocidad y lo envió hacia atrás, de nuevo a Kuroo-san.

—En verdad son dos y medio —rió Kuroo, levantando la espuma de afeitar sobre su cabeza para que Bokuto no pudiese alcanzarla, dedicándole una de sus sonrisas más malvadas.

—Sabes que llego ahí arriba —replicó Bokuto, un poco consternado. Tenía el pelo mojado, y sin los dos kilos de gomina le caía lacio sobre los hombros, haciéndole parecer mucho más bajo y por lo menos dos octavas menos desafiante.

—No sé, no sé, hoy Chibi-chan saltó más que tú.
Bokuto frunció el ceño, entre el enfado y la depresión más severa.

—¡Eres un ser malvado, no pienso invitarte a mi fiesta de cumpleaños!

—Ya me envió Akaashi-kun la invitación —replicó Kuroo, encogiéndose de hombros.

—¿Hah? ¿Por qué Akaashi está mandando las entradas? ¡Podría hacerlo por mí mismo!

—Es la semana que viene, ¿cuándo pensabas hacerlo? —rió Atsumu desde dentro de la ducha—. Por cierto, a mí también me ha llegado la invitación. Me encantó el dibujo del búho, te pega un montón.

Bokuto torció el gesto y empezó a decir cosas por lo bajo mientras sacaba el teléfono de la bolsa de deporte, airado. Hinata se quitó los calzoncillos, se enroscó la toalla de Boku no Hero a la cintura y se dirigió a las duchas bailando y canturreando el openning de Kimetsu no Yaiba que era probablemente lo mejor que había pasado en la historia de los opennings desde aquel de Slayers que lo molaba todo.

La mejor nevada del mundo |KageHina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora