una situación inesperada

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Una señal de mala suerte. Nada bueno sucede cuando el suelo tiembla, es una obvia señal de que se acerca alguna clase de calamidad y desde su llegada al infierno tenía claro que cada pequeña cosa que sucedía atraía la desgracia. Nervioso trató de ocultar el diario entre sus ropas y agudizó sus sentidos lo mejor que pudo. Nada, no podía ver nada fuera de lo común. Pensó que quizás sería por la lejanía en la que se encontraba o quizás por los árboles que limitaban su visión. Sigiloso se ocultó detrás de un gran árbol, relajó su respiración y esperó un momento, algún sonido, alguna figura lejana, movimiento, pero lo único que pudo captar fué el silbante sonido de las hojas bailando en el viento y una tenue oscuridad que no le permitía ver más allá de unos cuantos metros. Esperó unos segundos más y al no captar nada soltó un pesado suspiro de alivio.

- ¿Estás perdido pequeño animal? - una ronca y ahogada voz susurró cerca de su oído, su sangre se heló de golpe y sintió cómo su corazón parecía detenerse por un segundo antes de comenzar a latir con una anormal rapidez y palideció casi al instante. Apretó los puños contra el árbol y giró lentamente la cabeza dejando ver al asesino su aterrado rostro lleno de pánico y desesperación.

- vaya poema - cada palabra que soltaba le provocaba un escalofrío que recorría todo su cuerpo, su boca entreabierta no soltaba ningún sonido y no podía articular palabra alguna, el homicida levantó su gran arma oxidada y la acercó lentamente hasta ponerla en su mejilla e hizo un pequeño corte lo suficientemente profundo como para que escapara una fina línea de sangre que goteó por su cara, recorrió su cuello y se perdió en su camiseta.

- no es necesario que llores - Jake apretó firmemente los dientes y el asesino soltó una estridente y tétrica carcajada ahogada en su horrible máscara. Una ola de terribles sensaciones lo inundó y con la adrenalina recorriendo su cuerpo se armó de valor, con su brazo apartó rápidamente el arma haciendo un corte más largo y profundo y se dispuso a correr lo más rápido que la desesperación que sentía le permitía.

- vaya, vaya, es hora de la casería - el homicida examinó su arma, algunas gotas de sangre fresca recorrían el sucio y desprolijo filo, levantó levemente su máscara y lamió el rojo líquido antes de esbozar una sonrisa y seguir los pasos del chico.

Jake trató de perder a su persecutor entre los árboles, el frío aire que respiraba le quemaba la nariz y sentía su pecho arder, necesitaba correr rápido, esta vez no habría nadie que lo ayudara, no tenía a sus compañeros, ningún aliado, no podía salir del reino y ahora estaba atrapado ahí no solo con uno, si no que con dos maníacos, sus ojos comenzaron a nublarse, las lágrimas de desesperación que trataban de escapar no le permitían ver con claridad el camino, maldijo en voz alta una y otra vez, parpadeó fuertemente y limpió su cara con la manga de su chaqueta, tropezó hasta casi caer, no sabía dónde esconderse, por detrás de él le seguía un homicida y el otro se encontraba en una de las casas frente a él, decidió ir hacia la izquierda y tratar de ocultarse en un matorral cercano a una de las casas, pero algo lo detuvo abruptamente hasta hacerlo caer y no notó que el diario que trataba de ocultar había caído no muy lejos de él.

- mierda, mierda, ¡MIERDA! - gritó Jake desesperado, se había olvidado completamente de las malditas trampas para oso, su pié había quedado atrapado y los dientes del arma se clavaban firmemente en su tobillo. Con cada intento de liberarse soltaba alaridos de dolor y cada fallo hacía que perdiera fuerza en sus brazos. Su corazón comenzó a latir desenfrenadamente de nuevo, levantó la mirada y de entre los árboles al otro lado de la calle pudo ver cómo se acercaba el temible hombre que lo atormentaba. Trató de levantarse como pudo, sus heridas dolían, pero el temor de morir era más fuerte e insoportable, el asesino continuó su camino, se paró frente a Jake, vió sus ojos llenos de terror y desesperanza justo como cuando un animal se da cuenta de que está a punto de ser cazado, se deleitó con su desesperación al levantar su arma y la abalanzó sobre el con la intención de acabar con su vida, pero se sorprendió enormemente al ver que solo le había dado al aire.

paranoia *Michael Myers x Jake Park*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora