delirio utópico

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Asustado y sin pensar en nada más, trató de fingir estar dormido. El chirriante sonido de la puerta al abrirse lo puso nervioso, pero aún así mantuvo una actuación que a su parecer era bastante convincente. Michael se acercó a la cama y verificó el estado de Jake, su frente ardía. La enfermera tenía razón, al poco tiempo se enfermó de un resfrío leve. Dejó la jarra con agua que llevaba en un mueble cercano a la cama y puso cuidadosamente un paño húmedo en la frente del muchacho para que este se sintiera más fresco y así bajar la fiebre. El asesino se quedó parado a un lado de la cama, ya no sabía que más hacer, había seguido las instrucciones de aquella mujer, pero jamás había tenido alguna experiencia cuidando a alguna persona que no fuera el mismo. Recordó lo que hacía su madre cuando estaba enfermo; lo cubría bien, abría un poco la ventana, ponía un paño húmedo en su frente y preparaba una comida ligera antes de darle medicamento.

- ...- lo pensó un momento. ¿No estaba siendo demasiado blando con el chico?

- sabes que sería más fácil si lo obligas, un poco de tortura afloja hasta al hombre más duro. ¿Por qué tratarlo con falsa amabilidad? Aunque ni si quiera conoces eso Jajaja. - una voz familiar comenzó a inundar su cabeza haciéndolo dudar. Tenía parte de razón, podría obligarlo a actuar como el quisiera pero, ¿Por qué sentía que lo perdería para siempre si lo hiciera? Puso una mano en su cabeza tratando frustradamente de parar esos comentarios que lo tentaba a ratos y salió de la habitación antes de hacer otra cosa de la que se arrepentiría. Fugaces recuerdos pasaron por su mente; la primera vez que escuchó el piano, la sensación de alivio, Jake cocinando algo para ellos, una tranquila noche con una suave melodía, al muchacho tocar sinceramente y el susurro casi borroso de su nombre antes de perder la conciencia por el alcohol. Un montón de sensaciones que había olvidado hace ya mucho tiempo desde que asesinó por primera vez siendo aún un niño. Paró al final de las escaleras, los muebles que había arrojado todavía estaban ahí tirados, pasó por encima de ellos y vió el gran piano blanco en la amplia habitación aún lado de la cocina. Podía ver a Jake ahí, sentado frente a él tocando una triste melodía. El solo recuerdo lograba tranquilizarlo un poco y la molesta voz nuevamente desapareció.  Quiera o no, debía admitir que el chico era necesario, o más bien, lo necesitaba de alguna manera.

***

Jake abrió los ojos cuando se sintió seguro nuevamente. Miró fijamente el techo y dió un pesado suspiro. Ya no sabía que pensar de su situación, era claro que el homicida no había intentado matarlo en ningún momento hasta ahora, pero... ¿Que había sido eso? ¿Acaso Michael lo consideraba un juguete? ¿Tendría la posibilidad de escapar alguna vez de ahí? Aunque no lo quisiera admitir, se sentía mucho más seguro ahí encerrado con un asesino que lo trataba como entretención a tener que lidiar con sobrevivir ante otros asesinos que si lo querían muerto definitivamente. Quizás sea mucho mejor quedarse ahí, aparentemente seguro a tener que revivir una y otra vez su inevitable muerte hasta dejar de existir.

- ¡Agh, no lo sé! - frustrado tomó la almohada y se tapó la cara girando hacia la puerta quedándose inmóvil, se sentía como un niño de nuevo, perdido, asustado y confundido. El dolor de la noche anterior todavía seguía presente en su cuerpo, se sentó levemente y examinó sus heridas, todas estaban vendadas y aparentemente limpias.

- al menos usó menos gasa esta vez... - susurró Jake para sí mismo. Al fin se decidió por levantarse sigilosamente de la cama, se dirigió al baño y se miró frente al espejo. Estaba pálido y un poco ojeroso, su cuerpo estaba algo caliente y notó que estaba un poco enfermo. Miró su cuello, estaba cubierto por algunos moretones y marcas. Al verlas Jake se enrojeció completamente recordando cómo Michael se las había hecho esa noche. Avergonzado miró el suelo, había sido doloroso, pero tampoco sabía que pensar de ese asunto. Agitó enérgicamente su cabeza provocando un mareo que lo hizo casi tropezar, se aferró al lavabo tratando de mantenerse en pié y se quedó ahí hasta que su malestar terminó. El silencio de la casa fue interrumpido por quebradas y desafinadas notas del piano en la sala y Jake finalmente levantó la cabeza extrañado. Curioso salió del baño y se dirigió a las escaleras, las bajó lo más despacio y cuidadosamente que las heridas y el dolor le permitieron, esquivó un par de muebles tirados al pié de las escaleras y buscó el motivo de aquella torpe melodía sin sentido. Al llegar a la sala de estar pudo ver a Michael parado frente al piano tocando una que otra tecla al azar generando una melodía para nada armoniosa.

paranoia *Michael Myers x Jake Park*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora