paranoia *Michael Myers x Jake Park*

revelaciones

- ke... ¡Jake!, Ya reacciona por favor, ¡Jake!

- Claudette... - el chico enfocó con esfuerzo la vista sobre la muchacha que trataba de llamar su atención casi a gritos mientras lo sacudía un poco. - Claudette, tengo sueño y... Hambre.

- ¿hambre? Jake no es momento para tener ese tipo de alucinaciones, ¡levántate y vámonos de una vez!- la chica estaba realmente confundida, era imposible que el muchacho sintiera la necesidad de comer, ninguno de los supervivientes podía sentir nada más que dolor, fatiga y desesperación, pero pensó que quizás lo que sea que le haya pasado lo confundiera al punto de delirar con cosas sin sentido. Lo levantó del suelo despacio y de su bolsillo sacó un pequeño frasco e hizo que bebiera su contenido.

- ¡puag! ¡Amargo!- Jake arrugó la cara con desagrado y le lanzó una mirada de disgusto a la morena.

- pues claro, no hay medicina que sepa bien y menos con los recursos limitados que tengo, ahora levántate, necesitamos salir de aquí.

- ¿Y los demás?- la muchacha miró seriamente al chico y el entendió de inmediato la situación.

- Nea... Escapó sola, aunque eso me lo esperaba, apenas se abrió la puerta se arrojó hacia la salida, Noah y Dwight fueron... s-sacrificafos cuando trataban de ayudarme, luego de eso esa cosa desapareció y vine a buscarte.

- ¿solo desapareció? - preguntó Jake atónito, y la morena afirmó lentamente con la cabeza.

- es una trampa.

- lo sé... - respondió Jake olvidando que de vez en cuando mantenía conversaciones secretas con aquella sombría voz que se negaba a dejarlo en paz.

- que... ¿Has dicho? - preguntó Claudette desconcertada ante esa clara frase que para ella no tenía ningún sentido.

- olvídalo, solo pensaba en voz alta, vámonos de aquí. - se puso de pie rápidamente provocando una fuerte punzada en la nuca seguido de un mareo que casi lo hace caer. La morena lo sujetó del brazo y esperó a que el chico se recuperara un poco.

- ¿Que harás? ¿La llevarás a la boca del lobo? - no había más remedio y las opciones para esa situación eran limitadas, si se quedaban más tiempo ambos serian sacrificados, pero si intentaban escapar al menos uno podría conseguirlo. Era una apuesta arriesgada y la segunda posibilidad era la más aceptable para el.

- escucha Clau- le dijo tomándola por los hombros.- creo que sabes tan bien como yo que esto podría ser una trampa, pero no hay más alternativa que intentar salir por la puerta y seamos honestos, te necesitan más que a mí y no trates de negarlo, déjame al menos hacer esto.- la miró a los ojos con desición, para el era cierto lo que decía y con eso quizás, solo quizás podría tener un poco más de tiempo para conseguir algunas respuestas entre otras cosas.

- sabes que no es cierto Jake, tratar de esconder tus intenciones con un buen acto no te hace mejor persona, estás retorciéndote poco a poco, eso es realmente gracioso.- estaba perdiendo la paciencia, hace un tiempo comenzó a pensar en si esa voz era producto del ente o realmente eran sus propios pensamientos, y eso lo hacía sentir náuseas.

- y una última cosa. Si no lo logro, si no vuelvo a la fogata, diles a todos que... Que no vuelvan a tratar de salvarme, necesito que lo prometas Claudette... ¡Prometelo!- la chica lo miró completamente desconcertada, quizás su compañero estaba volviéndose loco o quizás ya lo estaba, no lo sabía con certeza ya que en realidad no conocía bien a ninguno de los demás supervivientes, la duda comenzó a devorarla de manera creciente y empenzó a temerle un poco al chico frente a ella.

- e-es... Está bien, se los diré.- Jake asintió despacio dándose cuenta del temor que había infundido a la chica, pero quizás eso era mejor, así por lo menos estaba seguro que haría lo que pidió. Salieron del edificio, todo había oscurecido, el cielo se tornó de un tono rojizo dándoles a entender que el tiempo se agotaba, del suelo comenzaron a aparecer grietas que emanaban calor y brazas, apresuraron el paso a través de ellas procurando no pisarlas hasta que pudieron visualizar la salida. Estaba despejado, no había rastros de la asesina y eso los hacia dudar aún más pero a esas alturas no había tiempo para un plan B, se miraron mutuamente asumiendo que ambos pensaban lo mismo y con un gesto afirmativo comenzaron a correr a toda velocidad, pero un viento helado que pasó velozmente a sus costados los hizo parar en seco. Frente a ellos a un par de metros apareció la asesina bloqueandoles el paso.