paranoia *Michael Myers x Jake Park*

descenso, parte 2

Ey, tú. ¿Alguna vez has experimentado una parálisis de sueño?. Fué la historia  de casi toda mi estadía en aquel hospital.  Constantemente recibía visitas a mitad de la noche de una criatura grotescamente alta y oscura. Me atormentaba y creo que disfrutaba verme desesperado al tratar de moverme cuando dejaba caer su peso sobre mi estómago. Pareciera una experiencia como muchas otras, sin embargo, en mi caso es diferente; esta cosa podía herirme en sueños.  Muchas veces desperté entre gritos por los arañazos y mordiscos que recibía, más al revisar solo podía ver restos de viejas cicatrices rojizas que desaparecían poco tiempo después de despertar. Los doctores atribuían mi estado a pesadillas relacionadas con mi accidente, y aunque especulaban mucho al respecto, jamás quise decir la verdad y simplemente contestaba "no puedo recordar" a todas sus preguntas. Si me lo preguntan ahora, diría que estaba pasando por un castigo (más que divino, infernal) por todas las cosas que había hecho en mi pasado... Y quizás mi pasado al final si pudo alcanzarme.

***

El día transcurría de manera "normal". Esa mañana trató de fingir amabilidad ante los clientes tantas veces que se le hacía más agotador que su propio trabajo. Aún no podía creer lo que había visto en las cámaras de seguridad, se preguntó una y otra vez si lo que había visto era real o alguna especie de alucinación. Pero es que fué tan vívido que era imposible de negar, la criatura era parecida a la que lo atormentaba en aquel hospital, y ese terrible grito que seguía resonando en sus oídos... Miró el reloj nuevamente rogando por qué el tiempo pasara más rápido, pero la manecilla solo se había movido por no más de 5 minutos. Suspiró tan desesperadamente llevando sus manos a la cabeza y así transcurrió toda su mañana, atendió a los clientes durante la tarde y cuando ya estaba lo suficientemente distraído por el trabajo, llegó la hora del cambio de turno. El sol se estaba poniendo, la luz anaranjada se colaba por los ventanales de la tienda, ya casi no habían clientes y Jp solo estaba ahí, sentado frente al mostrador con las manos entrelazadas sobre este viendo como la figura de su compañero se hacía poco a poco más grande en cuanto avanzaba. De repente sus párpados comenzaron a pesar, se sentó extremadamente cansado de golpe, perdió visibilidad de a poco, el último cliente comenzó a hablarle para preguntar si estaba bien, pero Jp ya no oía nada. Su vista se tornó borrosa y lo último que pudo sentir fué el golpe que se dió de costado contra el frío piso de la tienda.

- Joe...

¿Que fué eso?

- Joe, ya despierta.

Ese es mi nombre...

- Joe ya es hora de que despiertes, estás atrasando mis planes.

Imposible, jamás le dije a nadie mi nombre luego de salir del hospital, ¿quien carajo me está llamando?

- ¡JOE YA DESPIERTA!

Abrió los ojos de golpe. Al principio no pudo ver absolutamente nada, aunque sabía que tenía los ojos abiertos. Estaba consciente pero no podía moverse por más que quisiese. Otra vez, otra vez esas parálisis de sueño que tanto odiaba.

- ya devuélvele la vista, ¿cómo esperas que hable con el si lo dejas así de aturdido?

¿Esa era la voz de Jake? No... Esa definitivamente es la voz de Jake, pero ¿como es que sabe mi nombre? ¿Y a quien rayos le está hablando?

Recuperó su vista de golpe, el shock de no haber podido ver por tanto tiempo aún cuando tenía sus ojos abiertos hizo que un dolor punzante pasará rápidamente por ellos, intentó llevar sus manos a la cara para frotarlos pero fué inútil, seguía paralizado y solo atinó a  apretarlos lo más fuerte que pudo. Poco a poco el dolor intenso se hizo más ligero y tras pestañear varias veces al fin comenzó a enfocar la vista... solo para ver frente a el sus viejas pesadillas. Ese horrible monstruo que lo dejaba sin aliento cada noche en el hospital, estaba nuevamente ahí, sobre el, pero está vez era mucho más grande y grotesco que antes, mucho más escalofriante. Soltó un grito de terror desgarrador, podía sentir el dolor de los arañazos de sus viejas cicatrices, revivió una y otra vez el tormento que sufrió en cosa de segundos y gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas.