the spy

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Y así fue cómo en menos de una semana después, Millie se encontró a sí misma desvestida hasta lo innombrable con dos costureras parloteando en francés, mientras la pinchaban con sus alfileres y agujas

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Y así fue cómo en menos de una semana después, Millie se encontró a sí misma desvestida hasta lo innombrable con dos costureras parloteando en francés, mientras la pinchaban con sus alfileres y agujas.

—Podría haber usado uno de mis vestidos de noche que traje desde casa—le dijo a Lady Wolfhard por lo que posiblemente fuera la quinta vez.

Lady Wolfhard ni siquiera levantó la cabeza del catálogo de última moda que estaba hojeando.

—No, no podrías.

Millie suspiró mientras se quedaba mirando las telas de rico brocado que cubrían las paredes de la lujosa tienda de vestidos que se había convertido en su segundo hogar aquí en Londres.

Era muy exclusiva, le habían dicho; el discreto aviso colgando sobre la puerta decía simplemente Mme. Delacroix, tailoress, pero Lady Wolfhard se refería al pequeño dinamo francés como Crossy, y a Millie le habían dicho que hiciera lo mismo.

Normalmente, dijo Lady Wolfhard, Crossy y sus muchachas vendrían a ellas, pero no tenían mucho tiempo para tener a Millie preparada y pertrechada, y ante esta circunstancia parecía más eficiente visitar la tienda.

Millie había tratado de protestar, no estaba viniendo a Londres para una temporada, ni siquiera era la época correcta del año. Bien, lo sería pronto, pero por el momento no lo era, y definitivamente no habían venido a Londres para asistir a fiestas y bailes.

La verdad sea dicha, Millie no estaba completamente segura de por qué estaba allí. Estuvo completamente en shock cuando Lady Wolfhard hubo hecho el anuncio, y eso se debe haber mostrado en su rostro.

—Acabas de decir que deseabas ir —había dicho Lady Wolfhard —, y confesaré que no estoy siendo completamente desinteresada, yo deseo ir, y necesito un acompañante.

Finn había protestado, lo cual, dadas las circunstancias, Millie había encontrado prudente y ofensivo, pero su madre era invencible.

—No puedo ir con Sadie —dijo con firmeza—, no en su estado, y en cualquier caso, dudo que Caleb lo permitiera —En eso había mirado hacia Millie—, es muy protector.

—Así es —había murmurado Millie... más bien estúpidamente, en su opinión, pero no podía pensar en nada más qué decir. Honestamente, nunca se sintió menos segura de sí misma que frente a una indomable dama de sociedad, incluso una a la que había conocido desde su nacimiento, la mayor parte del tiempo Lady Wolfhard era su amada vecina, pero de vez en cuando la Líder de la Sociedad se abría paso, impartiendo órdenes y dirigiendo gente, y generalmente acababa siendo una experta en todo.

Millie no tenía idea de cómo hacerse valer a sí misma, era de la misma manera con su propia madre, pero entonces Finn echó por tierra lo sensible y pasó completamente a lo ofensivo.

—Perdóname, Millie —había dicho (mientras miraba a su madre)—, pero ella sería una distracción.

—Una agradable —dijo Lady Wolfhard.

because of miss brown; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora