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Millie estaba tarareando alegremente en el momento en el que llegó al principio del recorrido de Mallo, estaba en un estado de ánimo muy alegre, considerando todas las cosas, Noah seguía siendo abominable, impaciente y Lady Alexandra seguía siendo la persona más terrible de la historia del mundo, pero nada de eso parecía importar.
Miró por encima del hombro a Finn, la había estado siguiendo todo el camino, intercambiando insultos con una sonrisa lobuna.
-¿Qué te tiene tan contenta? -exigió Noah.
Ella sonrió enigmáticamente, dejándolo que sude un poco, además, no estaba segura del por qué estaba tan feliz, solo lo estaba.
-¿Quién juega primero? -preguntó Lady Alexandra.
Millie abrió la boca para responder, pero Noah se le adelantó.
-Por lo general, jugamos del más joven al mayor -dijo-, pero parece algo grosero de preguntar...
-Soy ciertamente la primera, entonces -anunció Ava, dejando caer la bola verde cerca de la argolla de partida-, no hay duda al respecto.
-Yo diría que soy la segunda -dijo Lady Alexandra, enviando una mirada compasiva a Millie.
Millie la ignoró.
-Señor Partridge, ¿podríamos preguntar su edad?
-¿Qué? Oh, tengo veintiséis años. -Sonrió ampliamente, lo hacía con frecuencia-, un cuarto de siglo, ya sabe.
-Muy bien, entonces -dijo Millie-, el orden de juego será Ava, Lady Alexandra... suponemos, Noah, yo, Finn y el señor Partridge.
-¿No querrá decir Lord Wolfhard? -preguntó Lady Alexandra.
-No, estoy segura de que quiero decir Finn -cortó Millie.
Buen Dios, pero esa mujer la irritaba.
-Me gusta jugar con la bola negra -dijo Finn, cambiando el tema sin problemas, pero Millie estuvo observándolo; no podía estar segura, pero pensó que lo había visto ocultar una sonrisa.
Bueno.
-Es un color muy varonil -confirmó Lady Alexandra.
A Millie casi le dan nauseas.
-Es el color de la muerte -dijo Noah, poniendo los ojos en blanco.
-El mazo de la muerte -dijo Finn pensativamente, lo balanceó hacia adelante y atrás varias veces, como un péndulo macabro-, suena bien.
Noah resopló.
-Te ríes -desafió Finn-, pero sabes que lo quieres.
Millie estalló a carcajadas que solo aumentaron cuando Noah dirigió una mirada malhumorada en su dirección.
-Oh, vamos, Noah, sabes que es verdad -dijo.
Ava levantó la vista de su posición en el poste de partida.
-¿Quién querría el mazo de peonías y petunias cuando podrías tener el mazo de la muerte? -agrego ella, inclinando la cabeza hacia el equipo de color rosa de Noah.
