¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Varios meses despues Crake House
Los resultados son definitivos —dijo Millie, agregando la última columna con una floritura— yo gano.
Finn la miró desde su posición en su cama, una gran y adorable pieza de cuatro postes que Millie había redecorado en verde unas semanas después de su matrimonio, él estaba leyendo un libro; Millie no había captado el título, él siempre leía antes de acostarse.
Le gustaba eso de él, era una criatura de costumbres, otra razón por la que eran una pareja perfecta.
—¿Qué es esta vez? —murmuró.
Ella sabía que estaba siendo indulgente, pero estaba tan complacida por los números que tenía delante que decidió que no le importaba.
—La cosecha de cebada —dijo—, Aubrey Hall superó a Crake por un factor de... espera un momento... masticó su labio inferior mientras hacía otro cálculo— ¡uno punto uno!
—Que gran triunfo.
Ella frunció los labios, tratando de conseguir una expresión desinteresada.
—¿Has tenido en cuenta la mayor superficie de cebada de Aubrey?
—¡Por supuesto! —puso los ojos en blanco—, honestamente, Finn.
Sus labios se curvaron cada vez más ligeramente.
—¿Debo recordarle que vives en Crake?
Millie se sintió sonreír a cambio.
—¿Y que ahora te llamas Millie Wolfhard?
—Siempre seré una Brown de corazón, bueno —añadió, sin gustarle el ceño de Finn—, una Brown y una Wolfhard.
Él suspiró, solo un poco.
—No creo que tengas planes de invertir tus formidables habilidades en el funcionamiento de Crake.
No, por primera vez Millie sintió una oleada de gratitud porque Finn no hubiera puesto objeción cuando le había dicho que quería continuar su trabajo en Aubrey Hall, su esposo era un hombre poco común, él la entendía, a veces pensaba que podría ser la única persona que lo hacía.
—Mi padre todavía me necesita —dijo—, por lo menos hasta que Charlie esté listo para asumir el control.
Finn se levantó de la cama y se acercó.
—El administrador de tu padre estaría encantado de finalmente ganarse su sueldo.
Ella levantó la vista.
—Soy mejor que él.
—Bueno, eso no tiene comparación.
Ella lo golpeó en el brazo, luego suspiró cuando él se inclinó y le besó el cuello.
—Debería darte las gracias —dijo.
Sus labios se detuvieron, y ella lo sintió sonreír contra su piel.
—¿Por qué?
—Por todo, en serio, pero sobre todo por ser tú.
—Entonces son muy recibidas, Lady Wolfhard.
—Voy a tratar de reducir un poco —dijo.
Finn tenía razón, probablemente no necesitaba hacer tanto en Aubrey Hall, y de la manera en que iban avanzando, estaría embarazada más pronto que tarde. Iba a tener que aprender a dejar ir su vida en Aubrey, o al menos aflojar su agarre.
Se apartó para poder mirar su rostro.
—¿No te importaría si tomara un papel más activo aquí en Crake, con las tierras, no solo con la casa?
—Por supuesto no, tendríamos suerte de... —se detuvo, sus palabras fueron interrumpidas por un golpe en la puerta—, ¡entre!
La puerta se abrió para revelar a un lacayo visiblemente agitado.
—Un mensajero, milord —dijo.
Millie parpadeó sorprendida.
—¿A esta hora de la noche?
El lacayo tendió una misiva doblada.
—Está dirigida a Lord Manston, pero él está...
—En Londres —terminó Finn por él—, lo tomaré.
—Dijo que era urgente —dijo el lacayo—, de lo contrario, nunca le entregaría la correspondencia privada de su padre.
—Está bien, Thomas —dijo Millie con suavidad—, si es urgente, es más importante que se asista con rapidez que entregarlo a Lord Manston.
Finn deslizó un dedo bajo la cera pero no rompió el sello.
—¿El mensajero espera una respuesta?
—No señor, pero lo dirigí debajo de las escaleras en busca de comida caliente.
—Muy bien, Thomas, eso será todo.
El lacayo se fue, y Millie luchó contra el impulso de ir al lado de su esposo para leer sobre su hombro, lo que estuviera en la misiva, se lo diría pronto.
Observó cómo sus ojos escudriñaban de izquierda a derecha, leyendo rápidamente las palabras.
Después de unas cuatro líneas sus labios se separaron y él levantó la vista, su corazón se detuvo, y ella supo lo que iba a decir incluso antes de que las palabras salieran de sus labios.
—Gaten está vivo…
Gente bella, y así termina esta historia, solo me queda agradecerles por el apoyo, por siempre estar pendientes de las actualizaciones y por hacerme reír con sus comentarios, agradecer también a Julia Quinn, Jane Austin, Lisa Kleypas, Louisa May y demás escritores de época que hacen que me enamore de sus historias.
Por último, decir que mañana estaré publicando el prólogo de una novela que vengo escribiendo hace un tiempo y que estoy muy emocionada de compartir finalmente con ustedes, se llamará "KAOS" y fillie será la pareja de esa historia, as they should!
