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Sasuke

Era la madrugada del día domingo, me mordía las uñas recostado en la habitación principal de mi casa.

No podía dormir.

- Sasuke - Me tense, la voz de mi hermana me tomó por sorpresa - No me dejas dormir.

- Lo siento - Me disculpe sacando mi índice de mi boca.

Pasaron los minutos hasta que volví a escuchar los suaves ronquidos de Hinata, se había dormido nuevamente.

Pase mis manos por mi rostro, estaba inquieto, quizá no debí tomar tanto café.

Bufé por lo bajo tratando de encontrar una posición cómoda para dormir.

- Maldición - Murmure frustrado al no poder encontrar una posición cómoda para dormir.

- Sasuke ya cállate, déjame dormir - Chasquee la lengua.

- Es mi cama.

- Es mi tiempo de descanso - Contraatacó tirando de la colcha hasta dejarme con las piernas descubiertas.

- Lo siento, no puedo dormir.

Me disculpe alzando mi mano para buscar a tientas el interruptor de la lámpara vacilando un par de segundos antes de encenderla para después volverla a apagar.

- Debes de estarme jodiendo - Hinata me golpeó con el almohadón para que dejara la luz apagada cuando la volví a encender - Ve a dar una vuelta Sasuke.

- ¿Que se supone que haga? - Solté el interruptor de la lámpara para abrazarme al almohadón.

- No sé, solo déjame dormir - Corto la conversación cubriéndose la cabeza con la sábana.

Suspire levantándome de la cama prendiendo la luz de la habitación para cambiarme el pijama por unos jeans y una playera.

Mire a la cama mientras tomaba mi teléfono del tocador y mi cartera.

- Regresó en un par de horas.

Anuncie sin recibir respuesta apagando la luz de la habitación cerrando con cuidado cuando salí. Camine hasta la habitación de Hiren para asegurarme de que seguía dormido y así era, lo arrope mejor antes de salir en busca de las llaves de mi auto.

Conduciendo por las poco transitadas calles de la ciudad me sentí relajado, vueltas por aquí y por allá... Las luces de las farolas y la canción drivers license de Our Last Night me hacían sonreír mientras que el aire que entraba por la ventana abierta me despeinaba el cabello.

Suspire cuando el combustible de mi coche estuvo en reserva, maldije para mis adentros buscando una gasolinera cercana por el GPS.

En la espera de que el tanque se llenara, después de pagar claro está, me dedique a mirar a los alrededores, había un bar.

- Una copa no le hará daño a nadie - Murmure devolviendo la expendedora a su lugar cerrando la tapa del combustible.

Subí al auto para ir al bar.

No había nadie cuando entre, era un ambiente tranquilo, justo lo que necesitaba. Con las manos metidas en los bolsillos de mi pantalón camine hasta la barra.

- Un tequila doble - El hombre de no más de cincuenta años asintió sirviéndome lo que le pedí.

Mientras bebía me dediqué a ver mis redes sociales, no las había revisado en un par de días, notificaciones de Instagram, Facebook y WhatsApp fueron ignoradas salvo una.

Suigetsu Hozuki

Ayer

Sasuke deja tu cueva, vamos a vernos, necesito algo que solo tú vas a poder hacer.
7:07 p.m.

The infidelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora