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Sasuke

Después de salir de casa de Itachi me dediqué a vagar por toda la ciudad llorando como un niño, ¿Por qué? Tal vez porque después de salir de casa de ese chico quise volver a entrar y decirle que sí, que si quería salir con el pero recordé que era alguien casado y aunque mi marido no me respete como su esposo debía de serle fiel, así como cuando se lo juré frente al altar y el hecho del solo pensar en salir con alguien más me hacía creer que era la peor persona del mundo.

Aunque mi forma de pensar se fue al carajo cuando vi saliendo a mi supuesto esposo de una cafetería en las afueras de la ciudad en compañía de un fulano pelirrojo. Se le notaba tan feliz mientras caminaban con sus manos entrelazadas sonriendo como tontos enamorados en tanto que yo lloraba con el corazón hecho pedazos.

Apreté los puños con fuerza sobre el volante dejando que mis lágrimas escurrieran por mis mejillas con libertad por un tiempo indefinido. Mi vista se había nublado obligándome a aparcar frente a un pequeño parque.

- Demonios - Maldije cuando comencé a sentir intensos piquetes en mi cabeza.

Sorbí por la nariz limpiando mis lágrimas tomando una decisión, una decisión que cambiaría mi vida, quizá era momento de dejar ir a Naruto para que fuese feliz con alguien más.

- Hinata - Hable por el altavoz con la voz quebrada.

- Sasuke... ¿Qué sucedió? - Mi hermana contestó preocupada.

- Podrías... ¿Podrías quedarte con Hiren un poco más? Iré por el más tarde - Hinata suspiro antes de contestar un si - Gracias...

- No cometas una locura Sasuke - Me reí negando un par de veces.

- No lo haré.

Colgué el teléfono arrojándolo al asiento de copiloto volviendo a poner en marcha el auto, traté mil veces de pensar en cualquier otra cosa menos en mi esposo y su amante pero cada cierto tiempo una lágrima silenciosa escurría por mi mejilla la cual me apresuraba a limpiar.

Aparqué el auto en una farmacia para comprar unas aspirinas y una botella de agua, seguido de ello volví a adentrarme al auto para ir a casa encontrándome con quien menos quería.

Respire un par de veces verificando si había rastros en mi rostro de que había llorado por el retrovisor, tome valor y salí del auto con las llaves de la casa en mano. Traté de peinarme debido a los nervios y entré con un nudo en la garganta.

- ¿Dónde estabas? - Detuve mi caminar ante la voz de Naruto, le observé, él estaba sentado en uno de los sillones mientras leía el periódico.

- Por ahí - Conteste simple reanudando mí pasó.

- ¿El niño? - Respire profundamente dándome la vuelta lentamente caminando hacia él.

- Tú hijo - Lo mire a los ojos esperando un asentimiento o algo de su parte pero no obtuve reacción de su parte - Esta con Hinata.

Le sostuve la mirada durante unos segundos y el la desvió a cualquier punto de la casa menos a mí, volví a suspirar con la intención de ir a la habitación.

- Es raro que salgas de casa.

- Bueno, tenía que hacer unas cosas - Comenté recargándome sobre el respaldo del sillón - A diferencia de ti que es raro que llegues a casa los fines de semana.

- Tú lo has dicho, trabajo 24/7 por el bien de mi familia - Hablo aflojando su corbata.

- ¿Acaso el trabajo es más importante que tu hijo y yo? ¿De qué sirve todo el dinero si no puedes pasar tiempo con tu familia? - Naruto se levanto del sillón y camino hasta ponerse frente a mí. Lo encare - Tienes un hijo que te ama Naruto, que sabe de tu existencia sólo por los regalos que le das no por qué pases tiempo con él.

The infidelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora