The infidels

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Itachi

- ¿Mi coche? - Apreté los labios cuando mi tío me miró con una ceja alzada - ¿Para qué quieres mi coche?

- ¿Quieres que lo diga en voz alta? - La boca de Madara formó una O durante un par de segundos para después sonreír.

- Las llaves están colgadas en la entrada - Sonreí asintiendo - ¿Vas a volver esta noche?

- Si ¿Por qué?

- Por nada, pero creo que es mejor que ni lo hagas, quiero decir, quizá vuelvas tarde y tú tío te llenará de preguntas, ya sabes, lo típico.

- ¿No vas a necesitar tu coche?

- No, lo que si voy a necesitar es que te lleves a tu primo, te ayudará a mentir si es necesario.

- Creí que las mentiras estaban prohibidas en esta casa - Murmuré jalando la silla para tomar asiento frente al escritorio de mi tío.

- Y están prohibidas, solo que la misma prohibición nos ha llevado a decir una que otra mentira piadosa. Bueno, al menos de mi parte, tú primo es otro asunto.

- ¿Si? - Pregunté interesado, eran muy pocas las veces que había visto a Shisui mentirle a mi tío.

- Si, pero pregúntale a él, seguro que también te ha mentido a ti - Alce una ceja - Como sea, te agradecería que me dejaras trabajar.

- Bien, gracias tío - El asintió volviendo su vista a los papeles que tenía en las manos.

Salí del despacho cerrando detrás de mí, continué mi caminata hasta la habitación de Shisui quien dormía plácidamente con las sábanas enredadas en sus piernas.

- Shisui - Le llame golpeando su pierna.

Él se movió girándose para encontrar una posición más cómoda, se movió y se movió hasta que abrió los ojos.

- ¿Qué quieres? - Bostezó volviendo a cerrar los ojos.

- Tengo una cita... - Y se sentó de golpe con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos abiertos de par en par.

Salió de un brinco de la cama y corrió hacia su closet y comenzó a sacar ropa para meterla en una maleta.

- ¿A qué horas nos vamos? - Pregunto mirándome por sobre de su hombro durante un segundo para después seguir buscando ropa.

- ¿Porque tienes tanta prisa?

- Porque si tienes una cita eso significa que no estarás en tu casa y si no estás en tu casa quiere decir que tengo la oportunidad de divertirme - Fruncí el ceño sin entender.

- ¿Qué quieres decir? - Shisui suspiro dejando caer la mochila al suelo para después rebuscar entre sus cajones algo que parecía no encontrar.

- Quiero decir primo que necesito que me prestes tu casa.

- ¿Mi casa? - El asintió sacando un par de calcetines hechos bolita en el fondo de su cajón para voltearse hacia a mí.

- Quede con alguien de hacer algo en casa de una persona pero no era seguro porque no tenía una excusa creíble para salir de casa, tú me la has dado y ahora pues también me harás el favor de prestarme tú casa - Alce una ceja tratando de procesar.

- ¿Hacer que, con quien en mi casa? - Shisui rodó los ojos desenredando los calcetines para mostrarme un par de condones. Enrojecí - ¿Tú...?

- Si, yo ya. Lo he hecho un par de veces - Parpadee repetidas veces, Shisui me había reiniciado el Windows con sus palabras - ¿Me prestarás tu casa sí o no?