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Sasuke

Quede de verme con Suigetsu el martes en la tarde en una de las cafeterías que solíamos frecuentar cuando estudiábamos la universidad juntos. Mi amigo de antaño demoro más de quince minutos en llegar, minutos que claramente aproveche degustando una taza de café sin azúcar el cual era amargo, justo como se ponía mi humor cuando alguien era irresponsable.

Respire hondo llenando mis pulmones del delicioso aroma a café reteniendo las ganas de levantarme de mi asiento, pagar he irme, pero la tardía llegada de mi ex compañero me hizo quedarme.

Mi vista vacilo entre su mirada alegre y su gran sonrisa, cerré los ojos antes de centrarme en lo que captó mi atención realmente, su estómago.

Me puse de pie saludándolo debidamente he invitarlo a tomar asiento frente a mi mientras que en mi cabeza ataba cabos y sacaba conclusiones del porqué después de tanto tiempo él quería verme.

- Discúlpame Sasuke, tuve una diligencia que atender - Sonreí apretando los labios ante sus palabras.

- Descuida - Conteste golpeando mis dedos contra la madera de la mesa - Veras, yo también tengo algo que hacer después de esta cita, te agradecería que fueras breve y directo, ya tendremos tiempo de ponernos al día después.

Suigetsu formó una O con su boca y después sonrió un poco decaído quizá por mi forma tan directa de hablar.

- No me mal intérpretes, quede de salir con mi hermana y mi hijo, ¿Lo entiendes no?

- ¿Un hijo? ¿Cuándo tuviste un hijo? - Pregunto ofendido - Soy tú mejor amigo, ¿Por qué no sabía eso?

- Te contaré en otro momento ¿Si? - Suigetsu abrió la boca con la intención de continuar con sus reclamos pero lo calle antes de que lo hiciera - ¿Me dirás sí o no?

Suspiro derrotado asintiendo.

- Verás, tú sabes que yo soy docente en la universidad que está aquí cerca ¿Verdad? - Asentí, ya imaginaba de que iba esto - Bien, como puedes ver estoy esperando un bebé, es una niña por cierto y he decidido que me tomaré un año sabático a partir de ahora, para disfrutar lo que me resta del embarazo y cuidar a mi hija los primeros meses...

- Vale, ¿No puede hacerlo alguien más? Dudo mucho que la universidad no tenga suficientes maestros para suplirte por un año.

- No estuviera aquí si no fuera así Sasuke, llevo solicitando el permiso hace unos meses, meses en los cuales les han dado algunas de las materias que yo impartía a los demás maestros pero hay unas materias en las que no llenaron el perfil y la única persona que tiene la preparación necesaria para impartirlas eres tú - Bebí de mi taza de café desinteresadamente, ser maestro nunca estuvo en mis planes y menos ahora que había enviado mi currículo a unos cuantos bufetes - Por dios Sasuke, eres doctor, no te pediría esto si no lo necesitara.

- No tengo experiencia previa en la docencia - Explique.

- No creo que la necesites, solo es cuestión de que muestres tu currículum y ya - Abrí la boca para suspirar pesadamente.

- Bien, solo no te ilusiones, hasta donde se la universidad necesita como mínimo un año de experiencia y yo jamás he impartido la docencia.

- Hay excepciones - Contestó con una sonrisa sobre su rostro.

- Imagino que sí.

Me quede un momento en silencio escuchando a Suigetsu parlotear sobre que él se quedaría conmigo la primera semana en la universidad para el planeamiento de mis clases y demás, algo que no era seguro por supuesto.

The infidelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora