Cuatro pares de ojos grises

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Hola, he vuelto. Esta vez no tengo una excusa para mi demora... sinceramente necesitaba un descanso después de tanto trabajar el año pasado. Espero que el largo del capítulo compense de alguna manera la demora. 

Cuídense, voten y comenten. Por cierto, si no les he respondido es porque he estado muy alejada de wattpad ultimamente por las razones ya mencionadas. Disculpen, muchas gracias por el apoyo. 

Algunos personajes son propiedad de Beemoov. 

Los dibujos de portada y el de este cap es gracias a YeiSi. A quién pueden encontrar en Instagram, síganla, sus dibujos son preciosos. 

Sin más, espero que tengan una buena lectura. Nos vemos en el creo que ante penultimo capítulo :3

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¿Sería mejor decirle la verdad?, se preguntó, la castaña, ¿o sería mejor ocultarle todo y construir con ello recuerdos felices? Quería que los últimos días que tuvieran fueran eternos, sin remordimientos ni lamentaciones. No quería llantos ni preocupaciones, aunque las pesadillas continuaran.

Porque ella iba a morir, eso fue lo que le dijeron.


Cuatro pares de ojos grises


Una vez que cruzó el portal vio que era bosque todo lo que la rodeaba. Miró hacia el templo en donde una vez había dormido por haber ido a una misión junto a Leiftan. Recordó que Nevra y ella habían terminado lo poco y nada que tenían, recordó que Leiftan se había metido a su cuarto en la noche para besarla.

Caminó unos pasos más y se encontró con Gaia, la misma hada que había visto en su viaje junto a Leiftan. Ella la guio por el templo hasta llegar a una habitación.

—Aquí es... —le dijo. —Por favor, tenle un poco de paciencia. No está muy feliz con el hecho de que la hayamos sacado del Reino de Jade del Norte... después de todo es entendible... suspiró. —ese lugar era su hogar.

Erika asintió, tragó duro y, tras golpear la puerta varias veces, entró.

—Sabía que volverías a verme por más respuestas. —le dijo la kitsune que estaba en el interior del cuarto. —Y también te dije que cuando volvieras tú habrías cambiado.

Fue lo primero que escuchó de ella.

A pesar de la advertencia de Gaia, la kitsune no parecía estar tan de mal humor, aun así, Erika comenzó con la típicas preguntas formales hasta que de un tema saltaron a otro, otro y otro. Fue en ese momento cuando la castaña aprovechó la instancia para comenzar a hablarle de su pesadilla recurrente.

Erika siendo asesinada por distintas personas y siendo protegida por su familiar que, por su tamaño pequeño, no podía ser un gran escudo.

Erika en medio del mar y sobre una barca.

Erika hundiéndose hasta el fondo y viendo cómo salía sangre de su pecho mientras pequeños fragmentos de cristal flotaban en el mar.

Ella tocando el fondo y viendo cómo varios cadáveres estaban allí. La miraban. Gritaban.

Luego de contarle todo con lujo de detalle, la vieja kitsune tomó un poco de té y suspiró. Se quedó un momento en silencio esperando encontrar las palabras adecuadas.

—Esa es la pesadilla de todas las quimeras que han entregado su alma en un pacto, como tú lo hiciste.

La kitsune le explicó que su familiar le era totalmente leal, el único ser más leal que tenía a su lado, aunque ella no lo viera de ese modo. Le explicó que la raza de las quimeras había estado destinada a morir y que por eso veía tantos cadáveres en el mar, ellos esperaban, algún día ella sería parte de esos cadáveres.

No me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora