Primero, recordarles que la portada no es mía jaja solo la idea es mía, quién la dibujó se llama Yeisi a quién pueden encontrar en Facebook o Instagram. Abajo les dejaré el enlace directo para que puedan ver sus creaciones :3
Helowwwwwww —baila. —Ha llegado su servidora jaja
¿Les parece ahora 45 votos? Creo que van subiendo rápido... espero que logren los votos que pediré en el próximo capítulo :3
Voten y comenten... hay muchas horas de trabajo tras este capítulo.
Las quiere su tía adoptada jaja
Atte Guntherlina <3
._._._._._._.
Siete manecillas en el reloj
—¡¿Cómo pueden ser tan inútiles?! —el grito de Miiko resonó por toda la estancia, incluso llegó hasta el pasillo por donde muchos guardianes transitaban a esa hora. —¡¿cómo mierda es posible que perdieran un barco?!
Chrome y Erika estaban parados frente a la kitsune. Ambos amigos se empequeñecían al ver las grandes llamaradas que soltaba el bastón de la jefa del lugar.
—Miiko... —la voz contrastante de Leiftan apareció para defender a los dos chicos. —baja un poco el tono. Ambos son jóvenes, fue un error que cualquiera en esta sala pudo haber cometido...
—Yo no... —habló, Ezarel. —Se debe ser muy estúpido para perder un barco. Pero por sobre todo, se debe ser más estúpido aún, transformarse en humana en medio del océano. Eso es ser bárbaro, Erika. —se burló.
—Ezarel, —Nevra le llamó la atención a su amigo. —Erika casi se muere por eso.
—Admite que tú eras el más feliz... te tocó verle los pechos cuando la sacaste del agua. —molestó, el elfo.
—Oh, sí. Bellos pechos, por cierto. —el vampiro le sonrió a la castaña.
—Idiotas. —Erika miró desafiante al pelinegro.
—¿Terminaron de molestarla? —preguntó seria, la kitsune.
—No hemos terminado, pero prosigue. —respondió, el alquimista. —Ya encontraremos un momento para seguir molestándola.
—Los dos van a dejar de molestarla ¿oyeron? Erika me ha dado varias quejas al respecto. —apostilló, la pelinegra.
—Uy que acusona...—murmuró, Ezarel.
—¿Terminaste, Ezarel?
—Si... igual no puede negar que todos le vieron los pechos.
—Ezarel...
—¡Mentira! —exclamó, la faelienne.
—Verdad... ¿cierto Nevra?
—Sí... —el vampiro sonrió ladino. —Te los cuidas muy bien...
—¡Nevra! —gritó, Miiko.
—¿Por qué te vieron los pechos? —peguntó, Chrome.
—¡Es mentira! No les creas, Chrome. —Erika se defendió.
—Acéptalo, Erika...
Ezarel iba a seguir cuando de pronto vio que las llamaradas de Miiko se hacían más grandes.
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No me olvides
FanficLos vampiros solo se enamoraban una vez. Eso era una realidad tan poco amablemente aceptada, algo tan irrisorio que lograba contrastar con las conductas casanovas de estos. Nevra era el típico hombre apuesto que utilizaba sus virtudes para hacer ca...