De una ciudad en llamas

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Hola :3

Lo prometido es deuda así que aquí les dejo el capítulo. He de decirles que lo más probable es que el próximo capítulo sea más largo, por lo tanto, quiero 40 votos... yo ya les había dicho que para el arco de Nevra pediría votos así que ya saben qué hacer. Ah, y no se olviden de los comentarios. Enserio... realmente los comentarios y los votos me dan muchos ánimos para escribir xD

Como siempre, los dibujos de portada y de este cap son hechos por YeiSi. Ah, otra cosa, dije que cada cierto tiempo habría dibujos, pero esto es parte de la historia de Nevra así que bueno, habrán dibujos en todo el arco.

Eso... voten y comenten. Y cuídense, personalmente el virus este no me da miedo sabiendo que en mi país han tomado las medidas más pencas del mundo (tan pencas que hay más memes que personas infectadas)... pero ellos son líderes prósperos por lo que no les interesa ver a su pueblo en llamas, ok no, referencias bergas xD. Pero enserio... entrar en pánico es lo peor que podemos hacer así que cuídense y cuiden a los demás <3

Hasta pronto.

...

...

—¿Te habían dado una golpiza así antes?

—No... antes de lo de mi padre no. Pero después de eso igual me llegaron más golpizas.

—¿Después cuándo?

—Mmm... por ejemplo, cuando comencé a entrenar. —me estremecí al recordar mis entrenamientos con la guardia Sombra. —Recibí unas buenas palizas...

—Yo también recibí palizas en la guardia Obsidiana... bueno, en el poco tiempo que estuve con mis compañeros, aunque no creo que fueran tan fuertes porque cuando a mí me veían caer se detenían. Una vez alegué con Buckie por la evidente ventaja que me daban, pero este me respondió que todos eran considerados con los nuevos.

—La Obsidiana siempre se ha caracterizado por ser "buenas personas", incluso, al llegar, se inventan sobrenombres... ahí hay más camaradería. Mi guardia es más competitiva, ya sabes, siempre estamos al borde del peligro. Debemos ser mejores cada día.

—Pero tu padre no era de la guardia Sombra así que sí se lució con la paliza. —me molestó.

—Exacto, no era de mi guardia, pero tu suegro...

—Ex suegro. —me corrigió.

—Suegro por esta noche. —la miré dándole a entender que ambos estábamos abrazados y semi desnudos en una cama dentro de una habitación vacía. La vi rodar los ojos, yo proseguí. —Tu suegro no era de la guardia Sombra, pero yo era chico y él tenía un palo. —negué. —Creo que esto ya te lo había contado. —murmuré.

—Sí, me lo contaste cuando estábamos en el granero. Fue exactamente después de que me llamaras "prostituta".

—¿Tenías que acordarte de eso justo ahora?

Erika sonrió y luego negó.

—Yo no olvido.

—De eso me aseguraré más tarde... cuando nos toque despedirnos de verdad.

—Ahh... ¿entonces sí aceptas que esta noche es nuestra despedida?

—Sí... tú quieres esto, y yo lo aceptaré. Es el precio de mis errores. —admití con un poco de tristeza. —Por eso me aseguraré de que esta noche me conozcas... y cuando terminé de contar mi historia... tú y yo... —me volví hacia el otro lado dándole la espalda a ella. Comencé a sonrojarme. —tú y yo nos despediremos.

No me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora