1.

1.5K 119 4
                                    

Nunca creyó que sería tan horrible mostrarte cómo eres ante tus padres, sus amigos le habían dicho que seguro que le aceptarían, le amarían mucho y todo estaría bien, pero eso no pasó, así fue como a sus dieciocho años fue botado de su casa, era mayor de edad, pero no tenía un trabajo. Su mejillas estaban empapadas en lágrimas, llevaba una mochila con poca ropa y el ofrecimiento de su amigo Kuroo, por lo menos podría quedarse en su departamento en lo que encontraba algo. Su amigo le había dicho que no era un problema, ya que de todos modos estaba viviendo solo por la universidad.

Antes de llegar al lugar, escuchó un llanto desgarrador, era un bebé, él lo sabía, no era un experto, pero definitivamente sonaba como uno. Provenía de un contenedor de basura, un bebé no tenía que estar allí. Abrió la tapa y pudo ver al pequeñito, tenía un pañal de tela y estaba un poco manchado de sangre, supo que había sido abandonado en cuanto nació, seguro de forma externa. No pensó mucho, simplemente lo tomó entre sus brazos y lo meció con cariño. Esperaba que su amigo no se molestara al ver que llegaba con un bebé.

El pequeño se calmó en cuanto sintió la calidez de su pecho, tal vez sabía que estaría seguro.

—Espera—Se detuvo, miró al pequeñito que chupaba su mano—Necesitas comer algo, sólo que no tengo nada.

Siguió caminando, tenía algo de dinero, seguro que si encontraba alguna farmacia, podría comprar un bote pequeño de formula y un biberón. Así lo hizo, después de la compra se quedó sin dinero, pero el bebé lo necesitaba más que él. Continuó su camino hasta el departamento. Tocó y se meció sobre sus pies, como tratando de lucir adorable, para convencer a Kuroo de dejarle entrar con un bebé.

—Al fin, creí que no llegarías— cuando dijo aquello no le miraba los brazos, pero sus ojos comenzaron a bajar lentamente —¿Qué es esa cosa?

—No es una cosa, es un bebé— lo mostró un poquito.

—Bokuto, ¿por qué tienes un bebé?

—Lo encontré.

—Okey, debiste llevarlo a la policía. — frunció su entrecejo al ver que su amigo no lo dejaba entrar.

—Si no nos vas a dejar entrar, nos vamos.

—Espera— abrió la puerta por completo—Pasa.

—Lo haré mañana, necesita un baño y comer un poco. — Dejó su mochila en el sillón—¿Me prestas tu ducha? No tengo jabón de bebé, pero el jabón neutro que usas para tu cara debe servir.

—Ew, no puedes usar mi jabón en eso, ¿no ves que tiene sangre seca? Seguro también tiene restos de placenta.

—Bien, lo quitaré con agua y luego usaré tu jabón.

Kuroo no puedo convencerlo de lo contrario, sólo lo vio irse al baño con el bebé en brazos, suspiró y se dejó caer en su sillón, las personas normales no recogen bebés de la calle. Le ofreció algo de comer, sonrió un poco cuando notó que su amigo sostenía amorosamente al bebé, jamás imaginó ver algo como eso, no por lo menos tan pronto. Le dejó descansar en la sala.

Antes de poder dormir,  Bokuto preparó el biberón del bebé, mientras le daba de comer, el pequeño tomaba su mano con firmeza, un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio que los ojitos se abrieron con lentitud y le miraban fijamente, su corazón se estremeció, supo que no dejaría ir a ese bebé nunca.

Ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora