14.

421 60 3
                                    

Akaashi sabía que algo estaba mal, no había recibido mensajes de Bokuto, esa mañana había sido Kuroo quien fue a dejar al niño, Shoyo lucía muy triste, no atendía correctamente a las actividades y no había deseado salir a jugar con sus compañeros a la hora del receso.

—Shoyo—el niño ni siquiera se movió—¿Te sientes mal?

—Tal vez me voy a morir—dijo, con la voz muy suave— Una vez vi en la tele que la tristeza puede matar, el síndrome del corazón roto, así se llama— un suspiro tembloroso salió de los labios del niño.

—Shoyo, no te vas a morir, yo te veo muy sano— quiso acariciar su cabeza, pero el niño no quiso, se alejó y le miró enojado.

—Por favor, déjeme.

(...)
Kuroo le había dicho que él dejaría a su hijo en el jardín de niños, pero él tendría que pensar cómo disculparse y remediar todo lo que había dicho, así al ir por él, podría arreglar las cosas. Aunque realmente no tenía idea de qué decir, sabía que en algún momento tendría que decirle a Shoyo que era adoptado, pero no esperaba que fuera tan pronto.

No había ido a la universidad, de todos modos no era importante lo que debía hacer ese día. Miraba constantemente el reloj en la sala. Esperar a que llegue el momento, era tortuoso. Sus manos sudaron cuando el momento llegó. El camino al Jardín de niños parecía eterno.

Ver a su hijo salir con una carita sumamente triste, le hizo recriminarse todo lo dicho. El niño le miró un poco, siempre se tomaban la mano, pero ahora Shoyo había comenzado a caminar sin decirle nada a su padre, Bokuto caminó detrás de él de inmediato, antes de que el niño se pierda de su vista. Le tomó del brazo antes de que escapara al cuarto de Kuroo en el departamento.

—Tenemos que hablar, hijo.

—No quiero, dijiste que no era tu hijo, no me llames así— Quiso zafarse, pero Bokuto no le soltaba.

—No lo dije de verdad, sólo estaba enojado, te amo mucho, hijo— lo abrazó por la fuerza—Sí somos una familia, tú, yo, Kuroo, somos una pequeña y amorosa familia. —Podía escuchar el llanto de su hijo—Un padre cría y ama a su hijo, esto no es sólo del ADN. — se arrodilló para mirarle de frente—Eres lo más importante de mi vida, perdóname por lo que te dije.

—Es que ya no me quieres, no pasas mucho tiempo conmigo, apenas te veo, porque estás con el tonto profesor Akaashi, si tanto lo amas, pues quédate con él— le intentó dar una patada, pero falló, Bokuto le tomó del pie.

—Perdón por hacerte sentir así, bebé— lo volvió a abrazar— Yo no lo amo más que a ti, eres mi bebito hermoso, mi hijo, la primera vez que te tuve en mis brazos, supe que serías el sol que me calentaría, no importa si tengo pareja, nadie va a remplazar el lugar que tienes en mi corazón. Lamento si te hice sentir como que ya no te quería, trabajaré para cambiar eso.

Shoyo parecía pensarlo, sentir la calidez del cuerpo de su padre, era hermoso, hace un tiempo que no le tenía cerca, volvió a llorar, pero esta vez se abrazó a su cuello, apretándose contra él.

—Perdón papá, yo también fui malo, pero si me prometes que no lo vas a querer más que a mí, entonces está bien.

—Nunca voy a querer a nadie más que a ti.

Disfrutaron del calor ajeno durante un momento, hasta que por fuera escucharon a Kuroo preguntar "¿Ya puedo entrar?"

Ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora