En el cielo

362 30 36
                                    

Nota: La canción que canta Yaten es "Heaven" de Bryan Adams, (es la que puse en la portada del capítulo), por si gustas escucharla para ambientar el relato.

Advertencia: Capítulo con contenido adulto, lee bajo tu propia responsabilidad, más que decir, disfruta mucho de tu lectura.


El recuerdo de la oscuridad que se cernía sobre ella cuando era pequeña, se convirtió en una carga implacable, con el apagón volvieron las noches en las que se encontró sola mientras su papá trabajaba, esperando abrazada a un osito de peluche, aguantando las ganas de soltarse a llorar por la ausencia de su madre, sólo porque se lo prometió a Artemis. En el presente las cosas no habían cambiado mucho, decidiendo ser fuerte la mayoría del tiempo, claro que la palabra clave era "mayoría", esa situación era una excepción, por eso se sobresaltó cuando la televisión se silenció, y las lámparas de la sala se apagaron, al instante un miedo irracional y corrosivo la hizo transpirar frío, sus ojos escocieron a causa de un sentimiento de abandono, por lo que de inmediato quiso tenerlo cerca, confortarse en su calidez que tenía tan bien escondida, y poco a poco era capaz de sacar a la superficie.

Gritó su nombre con ansiedad más de una vez, tropezando con cualquier objeto que se le pusiera de frente, sin importarle sus rodillas lastimadas, lo único que Mina quería era ser estrechada por los brazos de Yaten, hasta que volviera la luz, y no sólo de un modo literal, también era un deseo metafórico, un ahínco de sumergirse en sus pensamientos, en su sentir, y hacerse compañía el uno al otro, como una dualidad.

Su voz fue como una guía en medio de tantas tinieblas, cuando lo vio con el torso descubierto en la vulnerabilidad que ambos compartían, se iluminó todo, así que no significó nada caerse al agua y tragar líquido como una demente, con tal de encontrarlo, de sentirlo, de tocarlo con sus manos, apenas podía verlo, pero lo experimentaba en su totalidad, notaba el asombro en sus verdes pupilas al reconfortarla con dulces palabras, de pronto suplicó por traspasar la barrera invisible que significaba ese gesto, sucumbió ante él cuando pronunció su nombre gentilmente y sin esperar un permiso de su parte, sus brazos se enredaron por encima de sus hombros acariciando el suave cabello platinado de su nuca, su compañero tembló contra su pecho, quizá se debía a que la acomodó en sus piernas sin reflexionarlo demasiado, sin embargo se alegraba de que lo hiciera, estar así le provocaba un agradable cosquilleo en el corazón, era como si Yaten la llevara al cielo.

Con expectación, esperó a que los masculinos dedos terminaran de apretar su estrecha cintura, para completar ese abrazo tan intenso como esperado, Yaten recargó su rostro en su clavícula, con el único deseo de quedarse así para siempre, envueltos por el vapor que se condensaba en finas gotas que resbalaban por todo su cuerpo.

-Mina..., te resfriarás.- El mayor sacó fuerzas de quién sabe dónde para iniciar alguna excusa que le sirviera para apartar a su rubio tormento, pero el que ella se aferrara todavía más a él no ayudo en nada.

-No, si estoy contigo, tengo el calor que necesito.- No iba a quitarse de encima, eso jamás, sentía que si se levantaba, perdería todo lo ganado con su hermanastro.

-¿Por qué te da tanto miedo la oscuridad?- Su voz suave la estremeció, nunca le había contado sobre ese temor a nadie, tal vez era momento de dejarlo salir.

-Mi mamá se fue cuando yo era una niña..., era de noche, mi papá quedó devastado, por eso nadie me acostó esa vez, y yo era muy chica como para alcanzar el interruptor de luz, supongo que...- Sus palabras comenzaron a quebrarse, sollozando en el oído de Yaten- Pensé que debía ser valiente, por eso nunca le dije a papá que me moría de miedo cuando se iba a trabajar a los restaurantes en su turno nocturno, porque ese era el trato, debía portarme bien, encerrarme bajo llave y esperar pacientemente a que regresara, me cubría con las mantas hasta la cabeza, aguardando a que fuera de día para tener algo parecido a una familia, igual y podía ver a Serena, la primera amiga que conocí, y sentirme, no sé, menos abandonada...

Dear Stepbrother (MinaXYaten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora