¿Advertencia o amenaza? (Parte II)

112 21 16
                                    

El cabello de Serena ondeó gracias a la brisa nocturna, la cascada dorada de sus coletas atrajo la atención de Seiya, que centró su mirada en ella, olvidando al resto de la multitud, incluida a Kakyuu, que los observaba molesta un poco más atrás. Las mejillas de la porrista se tiñeron del mismo tono de su cabello: un rojo intenso, pensaba en qué se había equivocado, ¡esa tonta debía, tenía que quedarse apartada de su camino!, instintivamente quiso llevarse al pelinegro a rastras, tomándolo de su antebrazo, fallando en el mismo instante, ya que él le dijo en un tono indescifrable, que la buscaría después.

-Kakyuu, ¿podrías darme un momento?, te alcanzo en unos minutos.- Seiya le dirigió una expresión de súplica, y por eso, tal vez sólo por eso, soltó la manga de cuero de su chamarra roja. Su intuición casi nunca se equivocaba, y si se quedaba a pelear, estaría en riesgo de delatar su pequeña "travesura", que tuvo como consecuencia la reunión clandestina de Tsukino con el director Chiba.

-Te estaré esperando frente al puesto manzanas con caramelo, te guardaré una, si quieres.- Sí, se iba a retirar de esa batalla, pero definitivamente no iba a darse por vencida, arrojaría una advertencia, por lo que antes de irse, se paró en las puntas de sus pies, para tomar suavemente la mejilla del chico, plantándole un sutil beso en la mejilla, esa era su manera de marcar territorio, de declararle oficialmente la guerra a Serena, porque si la tipa más sosa del planeta no reconocía la suerte de que alguien como un Kou se fijara en su existencia, no merecía que la tratara con cordialidad.

Mientras tanto, la rubia sintió que le fallaba el equilibrio ante tal escena, y su reacción fue similar al movimiento que tienen las estatuas de sal: nulo, claro que había presenciado los miles, quizá millones de coqueteos destinados al estudiante más popular de Juuban, pero... de ahí a ver que los recibiera, eso era una verdadera y particularmente dolorosa novedad, algo comenzó a arder en el centro de su pecho, que se acrecentó cuando la hermosa sonrisa de comercial se dibujó en el rostro masculino, como si nada hubiera pasado.

-¿Qué tal va la noche Sere?

"Sere", extrañó como nunca el habitual "bombón" que antes tanto le molestaba, y junto con eso, le surgió una duda monstruosa, ¿Qué había cambiado?, ¿Cuándo lo hizo?, como pudo, trató de devolverle el gesto, que por supuesto reflejó algo que no era natural, ante eso, Seiya arqueó una ceja, jugando descuidadamente con uno de sus aretes en forma de cuarto creciente de luna, signo de que le seguía atrayendo muchísimo, así que trató de controlarse, si es que quería tener su dignidad intacta.

-¿Quieres un helado?, sé que te gusta comerlo aunque haga algo de frío.- Habló calmadamente como si lo hiciera con su propia madre, sin su encanto de galán, cosa que seguía hiriendo a Serena inconscientemente.

-¿Por qué no me llamaste anoche?, ¿estuviste ocupado?

Su mano se convirtió en un apretado puño que se aferraba a su propio pecho, esperando por la respuesta que no quería escuchar, ya se lo imaginaba viendo fuegos artificiales con otra, y esa no era más que la sensación femenina de primer año. Seiya dejó caer sus brazos pesadamente a los lados de su cuerpo, con las emociones a punto de estallar, decepción, tristeza, celos, pero también un amor que nació de repente, sin que nadie pudiera pararlo, por una ingenuidad y bondad que quizá no era lo que aparentaban.

-¿Querías que lo hiciera?, te dije mis intenciones, mi pesar, te confesé día a día lo mucho que me gustabas Serena, e igual comprendo que no somos nada.- Con cada palabra y profunda inhalación, Seiya se fue acercando poco a poco al frágil cuerpo de mujer que temblaba con su perfume, hasta quedar a simples centímetros de distancia.- Aunque no tienes la culpa, comprendo que me enamoré solo, nunca, ni una vez, hasta hace poco, me demostraste que tenía una ínfima oportunidad. 

Dear Stepbrother (MinaXYaten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora