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Traté de abrir mis ojos como podía pero se me hacia imposible. Pero necesitaba abrirlos y golpear a la persona que me estaba sacudiendo desde hace un momento. ¡Qué molesto!.

— ya voy — alcanzo a decir sin siquiera hacer el esfuerzo de abrir mis ojos. Por Dios, ¿cómo es que me da tanto sueño?.

— ¿a dónde?  Ni siquiera haz abierto los ojos — me levanto de golpe al escuchar esa voz y al abrir los ojos veo a Chan ahí sentado en mi cama sonriente.

— ¿Chan?.

— buenos días para ti también — me da un beso en la punta de la nariz y yo aún sigo confundida y él lo nota — ¿qué tienes?.

—¿Que rayos haces aquí?— el me miró desconcertado.

—¿No recuerdas?.

— ah, ya...— digo acordándome de lo sucedido y sonrío — ya me acordé que pasó. Es difícil de procesar, creí que era un sueño.

El ríe — no es ningún tonto sueño, todo fue real, de eso hablaremos después — me guiña el ojo y, mierda, es demasiado para mi. Debí estar más roja que un tomate, porque el me regala una sonrisa ladina para luego soltar una pequeña carcajada.

— anda y báñate, preparé el desayuno.

— ¡no tienes que hacerlo!— me paro al fin de la cama.

— si quiero, ¡así que vete a bañar ya!.

— bien, pero solo porque tengo que hacerlo, no porque me digas.

(...)

Tomé mi ducha mañanera. En un momento estaba pensando en lo que tengo qué hacer hoy y de repente se me viene a la mente lo que pasó ayer y no pude evitar soltar un chillido y dar brinquitos en el baño.

Besé a Chris.

Y me confesó que le gusto.

Dios, nunca llegué a pensar que sería tan bonito besarlo. Y besa de lo más rico, no se los voy a negar. Si quedaré como una idiota ante Yoojin, pero al menos disfrutaré por ello. Recordé dormir abrazada de él justo como lo hice cuando me estuve quedando en la casa con los chicos, pero ésta vez se sintió diferente; sentí el calor que me brindaba su cuerpo, su anatomía pegada a la mía y su respiración tranquila chocaba contra mi frente. Yo no pude dormir casi nada por la emoción que me generaba tenerlo así de cerca y saber que le gusto ¡y que lo besé y me siguió!.

Al terminar de ducharme, vestirme con algo cómodo ya que no voy a salir a ninguna parte, salí de mi cuarto aún bostezando y percibiendo el aroma de unos ricos waffles recién cocinados.

— ¿cuánto tenía que yo no me veía un desayuno así?— me pregunto a mi misma y Chan gira su cabeza chocando nuestras miradas.

Ahora que lo veo mejor, está sin una gota de maquillaje con su cabello enrolado como lo es naturalmente. Es como si estuviera viendo un ángel caído del cielo, éste hombre es preciosísimo, y mientras más te quedas mirándolo, más hermoso e irreal parece. Y para rematar, trae esa linda sonrisa que siempre decora su rostro y lo hace ver aun más tierno. Es que este hombre no puede parar de ser tan hermoso.

— buen día linda stay— me dice, aún no deja de decirme su inusual apodo y espero así siga — bueno, no te quedes ahí parada, ven.

Le hago caso y me acerco a la meseta para admirar los preciosos waffles frente a mis ojos.

— que divinos se ven— digo untando mi dedo en la miel que ya estaba esparcida en el waffles y recibo un manotazo de Chan y me obligo a verlo enojada.

— ¡no metas la mano en la comida, mal educada!— ruedo los ojos y vuelvo a untar el dedo y entrarlo a mi boca, él se queda con la boca abierta mientras me mira — en serio Minho tiene razón, eres muy cínica.

Viviendo Con SKZ // ☆stray    K ids☆ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora