VIII. Hound Dog - Elvis Presley

146 28 25
                                    

POV Liam

Eran las cuatro de la mañana, pero no se sentía así. Pasamos todo el día viendo películas y charlando. Le habíamos contado casi toda nuestra historia a Zayn, y al menos ahora se veía mucho más calmado que durante la mañana.

Con Louis intentamos armar el colchón hinchable a un lado de mi cama para que el moreno pasara la noche más cómodo, pero no nos dimos cuenta que la última vez que lo usamos se había pinchado, quedando inservible. Nunca había agradecido tanto haber comprado una cama grande como ahora, no quería irme a congelar al sofá o que fuera Zayn a morirse de frío allá abajo.

Al menos parecía que ya no se acordaba de todo lo que había pasado más temprano, gracias a Dios.

—¿Así que ahora eres modelo de Adidas? —me reí cuando lo vi salir del baño con la ropa que le había prestado para que durmiera más cómodo.

Zayn se veía adorable con mi camiseta negra de mangas largas que le cubrían incluso sus manos de lo grande que le quedaba, el logo de la marca cruzándole el pecho, y el pantalón de chándal gris colgando de sus caderas. Se veía mucho más juvenil con ropa deportiva, debo admitir, y así me aseguraría también de que no pasaría frío, al menos por esta noche.

—Claro que sí, ¿acaso no has escuchado que el oversized está en máxima tendencia?

Se rio conmigo y se giró posando antes de dejarse caer la cama. Yo me había acostado en el sitio donde dormía siempre mientras él se cambiaba, así que él solo se acomodó del otro lado.

—Gracias—soltó después de un largo silencio.

—¿Por qué?

—Por haber ido a buscarme. Debes pensar que soy un raro de mierda, literalmente me conoces hace dos días, te robé tu canción, y de repente estas yendo a rescatarme en medio de un ataque de pánico. Me traes a tu casa junto a tus amigos y estoy durmiendo en tu cama justo ahora. Si esto no es ser intenso no sé qué lo será.

—Primero que nada, no eres raro. Estabas teniendo una crisis y necesitabas ayuda. Aunque casi me da algo a mí cuando no contestabas el teléfono y no abrías la puerta. Por un momento creí que tú...—suspiré, los recuerdos viniendo a mi cabeza muy rápidamente.

Decidí aprovechar de hablar de otra cosa que hace rato necesitaba decirle—Además... No nos conocimos ayer. Te recuerdo que nos conocimos antes, en el bar, yo...pueede que haya derramado por accidente mi cerveza encima tuyo...y después, bueno, la prensa hizo lo suyo y empezaron a inventar cosas de ti por mi culpa. Lo siento mucho, no te imaginas lo horrible que me sentí después de eso.

—Bueno sí, pero eso no cuenta, supongo. Además, no deberías sentirte culpable, no fue tu culpa. Ellos hacen eso todo el tiempo...—su semblante relajado se frunció, Zayn también suspiró—yo...sufro de ansiedad y ataques de pánico desde que era un adolescente, nunca habían sido tan severos como cuando empecé a ganar popularidad, cuando me empezaron a perseguir los paparazis. A veces ni siquiera podía salir del estudio porque sabía que me estaban esperando afuera. Después del lanzamiento de mi primer disco dormí una semana ahí porque no me dejaban en paz. Escapé una noche, literalmente. Cada vez que hablan de mí, cada vez que intenté escribir y fracasé, cada vez que siento la frustración de ser una farsa de artista, vuelvo a caer...yo...

Su respiración comenzó a agitarse y otra vez se abrazó a sí mismo, enterrando sus dedos con fuerza en sus brazos. Aparté sus manos suavemente para evitar que se hiciera daño.

—Hey, no pienses en eso. Siento haber sacado el tema otra vez, no debí hacerlo.

Me entristecía tanto verlo así, tan roto y tan quebrado. Me era imposible no acordarme de mí mismo solo un par de años atrás. Pero a diferencia de Zayn, yo siempre tuve la suerte de tener a Louis, Lottie y a mi familia cerca. La de él sin embargo estaba muy lejos de aquí como para poder contar con ellos realmente en un mal día.

El Escritor [Ziam Mayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora