El Escritor [Ziam Mayne]

XXIII: Flight of the Stars

"Todo lo que quiero,
Todo lo que siempre he querido
Está enfrente de mí,
Justo enfrente de mí.
¿Qué he hecho?
Ahora nunca lo hice,
Este podría ser mi fin,
Ser el final de mí".

POV Zayn

Esas dos semanas con mi mamá fueron una recarga de energía que venía anhelando hace mucho tiempo. Tenerla a mi lado era volver a sentirme en casa estando al otro lado del mundo, pero también me hizo cuestionarme cosas que hasta hace un par de días todavía eran muy difíciles de digerir.

Esa noche la llevé al aeropuerto en mi coche, con Paul siguiéndonos en otro auto justo detrás, y traté de retrasar su ida lo más que pude, no estaba listo para dejarla ir.

—Mi Zee—canturreó mientras acariciaba mi espalda y yo seguía firmemente abrazado a su torso— te prometo que volveré para el estreno del álbum y traeré a toda la familia, lo prometo. No nos perderíamos tu primer concierto por nada del mundo.

—Lo sé.

Seguía negándome a soltarla, cuando sentí el primer flash sobre mi rostro y la ira ardiéndome en las venas.

—Me estas jodiendo... ¿Paul, por favor?

El guardaespaldas solo asintió una vez con la cabeza antes de acercarse peligrosamente al fotógrafo escondido detrás de un anuncio publicitario.

Paul también había demostrado tener sus dos lados. Al momento de hacer su trabajo y de apartar a la prensa podía ser realmente intimidante, pero en privado y con lo poco que lo conocía, me di cuenta que en realidad era un hombre de familia, afable y atento, lo que lo hacía la persona perfecta para tener a mi lado en momentos así.

—Me alegra que lo tengas.

—Sí, Paul es muy bueno en su trabajo.

Mi madre soltó una risita.

—Sí, también, pero yo estaba hablando de Liam, amor.

Oh.

No es como que el castaño no hubiera sido conversación frecuente entre nosotros estos días. Aparentemente él, Karen, y mi mamá habían hablado bastante en el proceso de intentar sorprenderme.

Y, por supuesto, mi madre estaba obsesionada con él.

Intenté disuadirla de pasar tiempo con él, no quería ni la más mínima posibilidad de que se diera cuenta de lo que me pasaba con Liam, pero fue imposible. Los tres salimos a almorzar a un restaurante italiano y fue una pesadilla, todo habría sido mucho más fácil si se odiaran entre ellos, si la comida hubiese sido un desastre, pero fue simplemente perfecto. Verlos compartir y reírse juntos le hacía algo a mi corazón que no podía ser bueno sabiendo lo que significaba para alguien como yo sentir algo por otro hombre.

Me despedí de mi mamá y dejé el aeropuerto entremedio de los flashes de los paparazis. Paul podía con un fotógrafo, pero intentarlo con diez eran una ridiculez, así que solo atiné a agachar la cabeza mientras él me sacaba de ahí.

El departamento se sentía tan vacío sin ella, y me dio un retorcijón en el estómago cuando mi primer pensamiento fue llamar a Liam, pero ya no podía hacerlo.

Era tan difícil, ¿Cómo podía incluir a estas dos partes de mi vida, mi familia y mis sentimientos por Liam, sin perder a ninguno en el camino?

No parecía haber una respuesta correcta, salvo renunciar a uno de ellos.

Y no podía perder a mi familia, porque en los peores momentos era la sonrisa de mi mamá, el cariño de mis hermanas y las sabias palabras de mi padre las que me mantenían en pie, y perder eso, sentir su rechazo, me mostraron claramente lo que no estaba dispuesto a perder.