Mientras terminaba de prepararse frente al espejo, sintió como la puerta de su habitación se abría, y no tardó en ver entrar a Ares que llevaba una de las mejillas completamente ensangrentada. Morgana dejó en la cama una de las pulseras que se estaba poniendo, y se acercó a él con preocupación.
- ¿Qué te ha pasado? – le preguntó mientras le indicaba que se sentara en el sofá. Rebuscó en los armarios en busca de un paño, y no tardó en acercarse de nuevo a él, con este mojado. Se inclinó ligeramente sobre su cuerpo y pasó la tela sobre la herida con suavidad.
- Uno de los especialistas me retó – respondió – Y sabes que yo no me puedo negar a un reto – trató de sonreír con suficiencia, pero la sonrisa se convirtió en una mueca de dolor – Me haces daño – se quejó.
- No es mi problema – respondió la morena mientras seguía con su tarea - ¿Quién fue?
- Un tal River, o algo así.
- Riven – le corrigió con una sonrisa divertida.
- Creo que atacó a mala fé – añadió el pensativo – Pero por suerte no ha sido nada más que un golpe sin importancia.
- Un golpe sin importancia que te ha hecho venir a mi habitación suplicando ayuda, ¿no?
- Punto uno, no he venido suplicando ayuda – replicó él mientras veía como se alejaba – Y punto dos, que haya sido un golpe sin importancia no implica que no quiere recibir tu cariño.
Morgana le lanzó una mirada divertida antes de volver situarse frente al espejo para terminar de arreglarse.
- Estás guapa – oyó que comentaba.
- Lo soy.
Una carcajada salió de su garganta, y el hada correspondió con una breve sonrisa. Se alejó un par de pasos para observar su figura en el espejo, y se dio por satisfecha. Se veía bien. Se veía fuerte.
Sabía lo mucho que a la reina Luna le gustaba ser el centro de las miradas, y nada la haría disfrutar más que empañar esa situación. Sonrió con mayor amplitud al pensar en la cara de fastidio que Luna trataría de ocultar.
- ¿En qué estás pensando? – la voz del hombre la distrajo de sus pensamientos.
- En nada.
- Mientes – se había puesto en pie con asombrosa rapidez para situarse frente a ella – Cuando se te pone esa sonrisa sobre los labios es que no maquinas nada bueno.
Morgana rodó los ojos antes de apartarle para pasar por su lado.
- Como sea – sacudió la mano – Quédate aquí dentro hasta que la reina se vaya, ¿de acuerdo? – vio la mirada de horror de su compañero y no hizo más que negar – Ares, es importante que esa mujer no te vea, así que, por favor, quédate aquí.
- ¿Por la noche también?
- Por la noche la reina ya se habrá ido – respondió la morena evitando el tema.
- ¿No me invitarás?
- Eres realmente muy pesado – se limitó a decir antes de salir dando un portazo.
Se detuvo frente a la puerta de su habitación y, tras unos segundos de lucha interna, terminó hechizando la habitación para que esta no se pudiera abrir ni desde dentro, ni desde fuera. No es que no se fiara de Ares pero... Bueno, lo cierto es que no se fiaba de él. Sabía lo aventurero que era, y que este no tardaría en salir de ahí para tratar de averiguar como se desarrollaba la visita de la reina.
Sacudió la cabeza antes de encaminarse hacia la entrada, donde Silva y Farah ya se encontraban ahí. Por el rabillo del ojo pudo ver como, en el exterior, Stella esperaba impaciente la llegada de su madre. Sintió la mirada de Silva sobre ella y no pudo evitar sonreír interiormente. Llamar la atención era su especialidad y, al parecer, lo estaba consiguiendo.
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Morgana [Saul Silva]
FanfictionMorgana es considerada una de las hadas más poderosas de todos los tiempos. Tras refugiarse en la Tierra para recuperarse de un accidente, se ve obligada a regresar a Alfea cuando la llama del Dragón aparece. Sabe que su vuelta le traerá reencuent...