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Despertarse entre los brazos de Saul resultaba para Morgana algo terriblemente placentero. Abrió los ojos lentamente cuando los primeros rayos de sol de la mañana le dieron directamente en el rostro. Hizo ademán de moverse pero unos fuertes brazos envueltos a su cintura se lo impidieron.

- ¿A dónde crees que vas?

- Necesito una ducha. Y prepararme antes de que Rosalind o Andreas aparezcan por aquí por querer hablar conmigo. ¿Puedes soltarme? - se giró para encontrarse con el rostro somnoliento del especialista y no pudo evitar sonreír - Silva...

- Díez minutos más - le interrumpió - Sólo 10.

La castaña puso los ojos en blanco pero se dejó arrastrar. Volvió a tumbarse sobre la cama, acomodándose en el pecho de Silva, y cerrando los ojos con tranquilidad.

Esos diez minutos prometidos terminaron convirtiéndose en una hora en la que la ropa de ambos terminó en el suelo, y sus cuerpos pegados una vez más.

Cuando finalmente fue quien de levantarse, Morgana se dirigió a la ducha, siendo acompañada por Silva.

- ¿Qué le dirás a Rosalind? - le preguntó mientras enjabonaba su espalda con lentitud.

- La verdad - respondió con sinceridad - Porque supongo que Luna ya habrá hablado con ella - apoyó la frente contra los azulejos de la ducha mientras las manos de Saúl continuaban el descenso hacia su cadera.

- ¿Y no crees que todo eso puede esperar?

- Pues no, querido - se liberó fácilmente de su agarre antes de salir de la ducha y cubrir su cuerpo desnudo con una toalla - No puede esperar.

Silva, que continuaba aún en el interior de la ducha, la observó mientras esta se peinaba frente al espejo.

- En unos días será la reunión de antiguos alumnos - comentó cuando Morgana se giró para mirarle al ver que no decía nada - Rosalind está más preocupada porque todo salga bien que por tu discusión con la reina Luna.

- La reunión de antiguos alumnos - murmuró la castaña, pensativa.

- Como directora a Rosalind le interesa causar muy buena impresión. Es fundamental que haga amigos, y no enemigos.

- ¿La reina no vendrá?

- Lo hará el tío de Stella, en su lugar.

- ¿Cómo lo sabes?

- Estas horas que has permanecido fuera de Alfea lo hemos estado hablando.

- Es una estupidez hacer esa cena sabiendo el peligro que corremos.

- No me lo digas a mi, díselo a Rosalind - acababa de salir de la ducha y no tardó en situarse justo detrás del hada, que no dudó en apoyar su espalda contra su pecho - No podré asistir a esa cena - los dedos de Silva recorrieron sus brazos desnudos - Pero estaré ahí por si me necesitas.

- Lo sé - suspiró. Dio la vuelta sobre sí misma y pasó ambos brazos por el cuello des especialista con el objetivo de acercarlo a ella - Ahora debo irme.

- De acuerdo.

Cuando finalmente fue capaz de liberarse del agarre de Saul, se dirigió rápidamente al despacho de Rosalind, donde está ya la esperaba.

- ¿Qué tal la visita a palacio? - le preguntó a modo de recibimiento.

- ¿Para que me preguntas si ya sabes la respuesta?

- Me gusta que seas tú quien me cuente las cosas.

- Ha ido mal, como ya sabrás - se dejó caer en una de las sillas que había frente a la mesa de la directora, mientras esta la observaba desde la ventana.

Morgana [Saul Silva]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora