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6 de noviembre 2020

RELACIONES A DISTANCIA

“El amor no conoce de fronteras”. Todos hemos oído hablar sobre esta frase y en el siglo XXI gracias a las nuevas tecnologías, esta expresión cada vez toma más fuerza.

Andamos por la vida buscando nuestra otra mitad y los más afortunados logran encontrar a la persona indicada cerca de ellos, otros por injusticias del destino están separados por una ciudad o un país, un océano y me atrevería a decir un continente.
“Eso no durará”-dicen los pesimistas.
“¡Que bonito!”-dirán los ignorantes.

Está claro que un mensaje o una llamada no puede igualar a un beso o un abrazo, pero los que de verdad se aman saben que eso no importa. Una relación, sea a distancia o no, tiene que ser algo recíproco y mutuo. “Facile dictu, difficile factu”, esta aurea dicta en latín expresa perfectamente lo que quiero decir; es fácil decirlo, pero lograrlo es muy difícil, y más aún si esa persona está lejos.

Los que se sientan identificados con este texto entenderán de lo que les hablo. Conversaciones y llamadas por Whatsapp a la 1 de la mañana con aquella persona, con quien compartiste risas y momentos inolvidables. Y es en aquel instante cuando decides que no quieres que amanezca, que ese momento dure un poquito más. Mensajes que dibujan  accidentalmente una sonrisa en tu rostro y entre lágrimas esperas volver a verle.

Yo solo quiero decir que, una relación a distancia es uno de los innumerables pilares que sostienen la relación, y por tanto es un proceso a la consolidación de esta, no una alternativa. El saber cuidar, respetar y amar a una persona a pesar de los kilómetros que os separa vale más que cualquier regalo de aniversario. La única frontera que existe es el cuánto estás dispuesto a sacrificar darle esa felicidad.

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