Jeonghan es el amo del inframundo lleva siglos reinando con malicia sobre las almas condenadas, su carita angelical ha engañado a miles destruyendo imperios, coleccionando almas y construyendo una familia a la que ama pero quiere torturar por igual...
Satansoo estaba sentado en su trono de piel de quimera mientras observaba a su precioso cachorro desmembrar a un politico Colombiano que tenía mas que merecido el castigo, y por su larga lista de crimenes tenia que pasear eternamente por varias prisiones y varios malebolges a recibir torturas una y otra vez, estaba encantado con tanta alma avara y corrupta, pero ni la vision de Cerbero le quitaba la sozobra despues de la visita de su padre, el par de minisatancitos siembre se escabullian y se salian con la suya. Esperaba que de nuevo fuera así.
La prisión que era su lugar favorito era como una jungla helada con cascadas, árboles y un río de aguas negras en donde vivían algunas de sus criaturas, su padre creaba una y otra vez fantásticas bestias para él y Soo vivía para ellas, por eso al ver a Satanás intentar lastimar a su nueva adquisición supo que Jeonghan estaba alcanzando su punto máximo de paciencia, fácilmente hubiera podido enfrentarlo pero no le interesaba. No entendía porqué sus hermanos menores siempre conseguían enredarlo en sus pendejadas bueno en realidad si sabía pero no importaba igual no comprendía la fascinación del par de idiotas con la superficie llena de sanguijuelas poco evolucionadas llamadas humanos, no eran más que esclavos de sus deseos y ganado de almas para torturar.
Lo único que rescataba de la tonta obsesión de sus hermanos eran las ilusiones que SatanKey reproducía para el de algunas criaturas de la superficie y del gatito que había escabullido pero que no pudo sobrevivir al ambiente del inframundo.
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Satanhyun amaba la superficie, allí se sentía completamente libre y experimentaba algo que su primo Soobin había mencionado como felicidad, no es que Hyun nunca se hubiera sentido feliz pero en la superficie todas sus emociones se exacerbaban y eso le encantaba, además jugaba con las mentes de los incautos humanos susurrando ideas, sembrando semillas que los hacían actuar como idiotas y además podía interactuar con adolescentes que eran su presa favorita, Satanhyun era el más pequeño de su familia lo que lo hacía más travieso y consentido que sus hermanos mayores, cuando él había llegado sus hermanos ya eran mucho más grandes y sus compañeros de juego eran las sombras que había creado para si mismo, eran sus ayudantes, aterradoras y silenciosas.
Su carácter mordaz era cómo el de su padre pero nadie apreciaba su lengua rápida y maliciosa porque ya había 4 más como él, era hermoso pero todos en su hogar salvo los condenados eran bellísimos asi que creció sin sentirse especial y por eso siempre estaba haciendo pilatunas por el simple placer de fastidiar a sus hermanos y obtener la atención de sus padres. La superficie era su estanque y en dónde todo el era vanagloriado y adorado, además era el lugar en donde se encontraba con su primo Soobin para hacer travesuras, mientras la jirafita jugaba a que los humanos lo vieran para desaparecer y confundirlos el hacía... lo suyo... novato Soobin.
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SatanKey no disfrutaba la superficie tanto cómo Hyun, encontraba a los humanos bastante sosos pero lo suficientemente entretenidos para seguir cosechando almas especialmente las de aquellos consumidos por la lujuria, cegados por sus hormonas y pensamientos obsesivos, estaba entretenido viendo como una mujer golpeaba a su amante repetidamente por haberlo encontrado con las manos en las nalgas de una bonita muchacha claramente menor de edad o bueno lo que los humanos consideraban muy joven y en eso lo vio...
Una cabellera rosada como el dulce pegajoso que estaba comiendo y que solo encontraba en la superficie llamo su atencion y lo siguio haciendo uso de su invisibilidad, el humanito iba devorando una bolsa llena de cosas de colores y hacia unos sonidos que no ayudaban al lujurioso diablillo, no seria su primer humano y decidio que lo queria y lo iba a agarrar lo que no sabia es si en forma de incubo o en su forma humana, siguio al muchacho del sueter morado y cuando una moto casi lo golpea lo lanzo lejos, lo que no esperaba era ver al algodoncito lanzar cuchillas con su mirada al motociclista y llenarlo de improperios hasta que el avergonzado conductor saco varios billetes y se los dio al chico que se fue dando brinquitos.
-¡wow!
Depronto fue succionado a los interiores del planeta para aterrizar de culo frente a su hermano Woozifer que lo miraba con cara de muy pocos amigos, mas de lo normal.
Kimchicitos he aqui un nuevo capitulo, ya vamos conociendo un poquito mas a la familia completa. Espero que les guste y no olviden darme amorcito en forma de comentarios y votitos o les mando a cualquiera de los ninos de Jeonghan.
