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Seungkwan daba un sorbo de aquel líquido color carmín mientras observaba desde su enorme ventanal a los condenados ahogandose en su precioso pantano, sentía la viscosa sustancia deslizarse por su garganta mientras limpiaba sus labios con su lengua, suspiró al sentir aquella presencia a sus espaldas pero no se volvió  mientras su sangre hervia como lava en sus venas.

—¡Arrodillate ante tu señor!— Seungkwan bebió de nuevo mientras su látigo aparecia en su mano.

—Mi señor está siendo castigado y sólo me debo a él, puedes largarte "señor".- Seungkwan sabía que su respuesta no agradaría a Jeonghan por lo tanto esperaba cualquier reacción, así que en cuanto sintió su presencia cerca enredó con maestría su látigo alrededor de su cuello mientras que con la otra mano agarraba sus bolas mientras hacía crecer sus uñas amenazando así la hombría de Jeonghan que miraba divertido soltando una carcajada ahogada.

—Ad...orable cómo siempre—La presión de Seungkwan hizo que su mano empezará a mancharse de sangre pero el masoquista de Jeonghan lo estaba disfrutando —Sa...bes debes gozarlo... tanto como yo... goce desangrar a tu moc.. oso. La mirada de Seungkwan se ensombreció y muy a su pesar cedió a la provocación arrancando huevos y cabeza, su respiración se hizo trabajosa y al volver  la mirada solo descubrió a Jeonghan bebiendo de su copa con una sonrisa; el muy maldito había usado sus trucos mentales en él, había sido demasiado fácil, ojalá y pudiera arrancarle el corazón a trozos para que sintiera lo que él.

—¡Bu para ti! Tu ira te ciega mi querido y cacheton guardián, fue entretenido verte agarrar mis bolas, yo creo que eso es lo que te falta pero bueno nada que hacer y no voy a ofrecerme como voluntario. — Los colores subieron a la cara del guardian que iracundo apretaba sus manos haciendose sangre con sus propias uñas   se dió la vuelta para largarse pero Jeonghan se lo impidió tomando su brazo con fuerza y juntando sus pecaminosos labios al oído del  guardian —Mingyu es a quien sirves pero ahora no está, no hagas estupideces voy a tenerte vigilado. — Seungkwan se soltó y cayó sobre sus rodillas sin embargo levantó el rostro y dando una mirada afilada y una sonrisa venenosa respondió —Mingyu va a volver pero no por ti, espero que vuelva a donde pertenece y lo vuelva a encontrar— Jeonghan desapareció y por primera vez en siglos Seungkwan se permitió derrumbarse tal como lo hizo en brazos de Mingyu hacía ya tanto tiempo.

Seungkwan siempre había tenido un temperamento fuerte y aunque solía reírse cuando Mingyu lo llamaba chispita sabía que tenía razón, extrañamente el único lugar en donde su explosividad disminuía estaba en la superficie, había encontrado un paraíso montañoso rodeado de agua salada lleno de árboles y frutos anaranjados tan dulces como miel o tan ácidos como cómo la bilis misma y allí solía tirarse a descansar o a chismear con Mingyu y los gemelos y fue allí mismo donde vió a aquel muchachito de cabellera platinada y mirada soñadora sentado bajo el árbol esperando. Durante lo que pareció una eternidad lo observó hasta que el fruto cayó y con un universo en sus ojos la tomó sonriendo y brincando alegremente, su vientre se contrajo y sintió un cosquilleo desconocido, el chiquillo había huido.

Kyungsoo jamás había sentido dolor físico y ahora yacía en un lugar duro, frío y su cuerpo ardía, sus músculos se sentían como si clavaran constantemente cuchillas en ellos pero no era nada frente al dolor del despojamiento y aquel vacío en su pec...

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Kyungsoo jamás había sentido dolor físico y ahora yacía en un lugar duro, frío y su cuerpo ardía, sus músculos se sentían como si clavaran constantemente cuchillas en ellos pero no era nada frente al dolor del despojamiento y aquel vacío en su pecho, al menos había una sensación de algo suave cubriendo su cuerpo; a lo lejos escuchaba voces,  una de ellas apacible y aterciopelada como la de su papi Mingyu y sintió sus ojos humedecer, depronto una mano se poso sobre su frente y volvió a la inconsciencia.

—¿Qué mierda hicieron? ¿Son conscientes del cagadero que han hecho?— Jonghyun hablaba entre los dientes con una mirada cargada de reproche mientras los tres muchachos contemplaban el piso como si fuera más fascinante que los cuerpos desnudos de los cuatro muchachos inconscientes.

—Pero Hyung—
—Hyung y una mierda y no me digan que los sacaron del aire con el tal hechizo, mirense están todos maltratados y ni se diga ellos, huesos rotos y contusiones ¿que estaban haciendo? A mi no me importa que tengan sexo pero destruyeron el sitio ¿acaso están en fetiches raros? — El pelirosa se puso de pie pasando su mano con desgana y frustración por su cara, tomó aire y miró de nuevo a los cabizbajos mocosos y al pervertido que tiritaba en el suelo.

—Ustedes lo arreglan, todo... yo tengo que pedir turnos extra en el trabajo y no los dejen salir o no se— Salió del destartalado cobertizo con pasos pesados mientras Jongin lo vio irse sin poder decir nada con lágrimas en sus ojos, ahora por su culpa su hermano tendría que trabajar más así que cojeando un poco se levantó y miró a sus amigos que se sentían aplastados por la mirada de decepción de su hyung bonito.

—Vamos a arreglar el cobertizo, Beomgyu dile a tu hermano que me preste las herramientas, DK dile a tu mamá que nos haga juguito y sopa para ellos y yo voy a buscar quien regala cosas por facebook al menos podemos darles un espacio cómodo mientras se recuperan; yo se que no esperabamos esto pero fuimos nosotros quienes los trajimos y vamos a cuidarlos por ahora voy a traer cobijas y ropa y nos vemos aqui en una hora.— Su voz no daba lugar a dudas o impedimentos asi que obedientemente los otros salieron mientras el se aseguraba de que los cuatro muchachos inconscientes estuvieran cubiertos y encerrados.

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Kimchicitos de ni cocoro, aqui vuelvo con un nuevo capítulo espero que les guste y que le den amor. Abrazos enormes y nos leemos pronto

Malditos infiernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora