Malditos infiernos

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Normalmente Jin no se metería en los asuntos del inframundo sabía que su hermano era perfectamente capaz de lidiar con su reino pero su esposo estaba pasándola mal y más después de la confirmación de Hoseok su hijo de preciosa sonrisa acerca del estado de su cuñado.

Namjoon y Mingyu habían nacido del mismo capullo de aquel arbusto de algodon y habían sido cuidados por ellos mismos siendo niños llevados por la curiosidad del brillo de aquel hermoso arbusto que nunca más dio frutos. Aún recordaba la tibieza de los rayos de sol sobre aquel particular árbol esponjoso y como junto a Jeonghan habían descubierto un enorme capullo que no hacía más que crecer maravillados acudieron a sus padres que sonrieron ante el descubrimiento y esperaron a que aquel capullo se abriera, la fascinación de ambos chiquillos era hilarante y enternecedora para el creador que sabía de antemano lo que venía para sus primogénitos.

Namjoon estaba sentado en el acantilado frente al mar con sus ojos llenos de tristeza. No había querido decirle a Seokjin que no solo sabía que su hermano no estaba bien pero que el dolor que Mingyu experimentaba a diario también lo sentía talvez no de igual forma por la distancia pero le dolía el cuerpo y corazón, no entendía como Jeonghan había podido lastimarlo otra vez y esperaba que Seokjin pudiera poner algo de perspectiva en su cuñado pero si no era así el mismo actuaría.

El cansado jombre sintió una calmante presencia tras de si -Namjoon no deberías estar aquí.
-Justo esperaba que aparecieras Minghao, necesito que contactes a Baek.- El ángel peliplata escondió sus alas y se sentó junto a su amigo transmitiendo aquella sensación de tranquilidad- Él eligió Namjoon y aunque es mi hermano no puedo contactarlo a menos que yo baje o él suba, y antes de que preguntes no albergo en mi rencor hacía él pero sabes que no bajaré... no puedo así que le pediré ayuda a Jun.
-Gracias amigo, ahora llevame a casa- El hombre se apoyo en el ángel que lo miraba con preocupación.
-No puedes seguir escondiendo tu dolor, Seokjin se va a dar cuenta tarde o temprano.
-Esperemos que sea tarde y no le digas yo lo haré cuando sea el momento- Desaparecieron de allí dejando un brote de azucena que no estaba antes.

Sowon era una mujer hermosa y lo sabía pero también era fría, calculadora y ambiciosa, su nacimiento vino de la ideacion de su madre Eunha de una criatura cuya belleza fuera equiparable o superior a la del creador con una manzana y una serpiente que mordía su propia cola lanzados a las aguas oscuras de la laguna negra de Soria*.

Eunha albergaba odio en su corazón hacia el hombre que creía era suyo por derecho y por eso al ver la felicidad del Changjoya* con el chico de plata y sus mocosos decidío exiliarse en las montañas allí empezó a torcer el conocimiento compartido y practicar magia oscura de alli juró vengarse y traer dolor al hombre de ojos grandes, así que en Soria en donde habia una especial energía recitó un canto disonante torciendo las palabras aprendidas y lanzando aquel fruto rojo envuelto en la pequeña serpiente dorada en las negras aguas surgió una joven de cabellos oscuros, piel nívea y labios rojos; Eunha sonrió ante su creación y la escondió alli con ella instruyendola en como su belleza atraería gran poder. Allí en las montañas Sowon crecía sola mirando su reflejo en las aguas que habían visto su nacimiento aquella noche vio como el viento se heló y el creador hermoso y terrible descendía para llevársela y castigar a su madre con la vejez y el olvido por haberse atrevido a crearla, Sowon entendió que su creación había sido un desafío al hombre y con resignación acepto su destino.

En el paraíso Sowon fue perdonada ya que el creador vió su soledad, ella era inocente de las artimañas de Eunha y allí aunque no tenía alas había conocido a otros que hacían que no se sintiera sola, el muchacho de cabello lustroso y rubio en especial hacía que su corazón se acelerara pero siempre estaba con el odioso chico cachorro.

Cuando Jeonghan fue desterrado por su pilatuna no pasó mucho para que se uniera a él por voluntad propia, sin embargo vagó por la superficie por mucho tiempo antes de encontrarlo, en la superficie sedujo a hombres con su inocente rostro, disfrutó de los placeres mundanos pero ninguno se comparaba con el hermoso Jeonghan, era reina y sin embargo sólo quería a un rey con ella y se llenaba de ira al ver como sus amantes caían uno tras de otro mientras ella no envejecia así que usando sus propios trucos y a una chiquilla que conoció en el paraíso llamada Jennie hizo su propio camino al inframundo, un lugar oscuro y aterrador que no hacía más que recordarle a Soria, sabía que ese tenebroso reino sería su hogar pero su corazón se lleno de odio al ver al molesto Mingyu aunque no fue sorpresa ella sabía que estaban juntos desde hacía eones pero decidió que ella sembraria la discordia entre ellos y tomaría su lugar como señora del inframundo.

Sonrió con suficiencia mientras el vino tocaba sus labios, había logrado su cometido y aunque la primera vez no pudo deshacerse de Mingyu ahora si lo haría.

-¿Celebrando querida? Te recuerdo que Mingyu aún sigue aquí- La guardiana del sexto foso hizo su aparición en su despampanante traje rojo y le quitó la copa para beber de ella.

-Y allí se quedará, nadie intentará nada, Mingyu se hará parte del muro y ni siquiera el ridículo de Seokjin podrá interferir, esta vez he ganado Jennie.

-No cantes victoria aún, dijiste que tu tercer hijo te daría más poder y no fue así, se inteligente no le des armas a Tzuyu ni a las perras de Mingyu sabes que solo es cuestión de tiempo.

-¡Eres tan odiosa!- y acercándose a ella le dio un beso húmedo.

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Kimchicitos volviiiii un poquito con la historia de Sowon (esta parte es para ti) mardy103 y del Namgyu, espero les guste, tratare de montar más capitulos aprovechando la cuarentena, no olviden darme amor porque Jeonghan malvado quiere salir a hacer de las suyas.

Que pena yo me faltaron las aclaraciones:
*Soria: Laguna en España rodeada de pinos que le dan el color oscuro.
*Changjoya: Creador en Coreano