Malditos infiernos

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El salón del trono de Giudecca era una oda a la sobriedad, paredes oscuras, dragones de mármol y una escalera infinita que daba al enorme trono abrigado por dos alas oscuras de plumas brillantes, el señor del lugar con su mirada púrpura implacable cambió a su túnica oscura que cubría su impenetrable armadura azabache e invocó en un silbido a sus compañeros de vida, pronto su señora esposa apareció a su lado, cabello más negro que la noche, contrastando con su blanquecina piel y sus provocativos labios rojos, envuelta el un vestido negro y el collar que selló su unión. Pronto una neblina violeta apareció frente a él y de ella surgió su precioso compañero emergiendo en su altura con una tunica negra y azul como su cabello, se veía muy sexy con nada más que el anillo gemelo en su mano, los besó a ambos y se sento junto a ellos en los cojines.

Sowon era una gran oyente y observadora, sabia que su señor estaba impaciente y molesto por las constantes travesuras de sus hijos, la verdad no le sorprendería que los castigara casi siempre al final de cada milenio una sesión de tortura en los malebolges era suficiente para que los niños entraran en razon y ellos pudieran dedicarse a la labor de reproducción sin reproducirse por unos buenos años; MIngyu podia leer a Jeonghan como un libro lo hacía desde que ambos habitaban las alturas y después de millones de años juntos de ser compañeros de travesuras y amantes eternos sabia que su amor había llegado al límite y con su don del toque y la manipulación logró tranquilizar al amo del inframundo hasta hacerlo poner su cabeza sobre su regazo para poder peinar su preciosa cabellera.

- ¿Que tienes en mente? El hombre suspiró con dramatismo cerro los ojos y apretó la mano de su mujer cediendo ante las caricias de su primer amor

-¡Esos mocosos no me respetan! Milenios de cuidarlos, quererlos, torturarlos y ¡no entienden! dejan tirado su trabajo, Tzuyufer  tiene que cubrirles la espalda todo el tiempo, se largan a la asquerosa superficie por días, y olvidan su responsabilidad como príncipes, he sido demasiado blando.

-Te apoyaremos en la decisión que tomes, son nuestros hijos pero no deben olvidar su trabajo ni su responsabilidad, este mundo requiere cuidado y todo funciona si todos cumplimos con nuestras tareas, si debo sujetar el latigo para azotarlos yo misma lo hare- Sowon permanecía con la misma expresión y miraba a los hombres que tenían los ojos cerrados.

-Es claro que si debemos infringir los castigos por mano propia lo haremos como siempre, pero creo que hemos agotado ese recurso...

Jeonghan sucumbió ante las voces suaves y aterciopeladas de sus amados y fantaseo con la formacion de su reino...

La oscuridad cubría todo y era infinita solo penumbra, vacío y soledad, sus emociones estaban magnificadas y dio un puñetazo al suelo que se hizo pedazos para dar lugar a un flujo de lava hirviente que era el pasaje para todas las almas condenadas, el rostro de Jeonghan brillo con felicidad y se lanzó al caliente pozo solo para surgir de el como una criatura de pesadilla, desollado con dos carbones encendidos como ojos y una aterradora sonrisa ...

-¡Traiganlos ante mi!

Mingyu desapareció en la misma neblina en que llegó y apareció en medio de los gemelos maleadores del tiempo y el sueño Baekhyun y Taehyung se veian inalterables con sus azabaches melenas mecidas por el viento y su semblante serio los hacia ser los jueces y verdugos más implacables en el infierno.

-¿Convenciste a Jeonghan de estar arriba, por fin?— la voz profunda rompió el silencio.

El más alto se sonrojo y ató la lengua del impertinente rizado mientras el gemelo lacio estallaba en carcajadas.

—¿Es época de castigo parental? Ay mis pobres sobrinos lo bueno es que los tuyos no son tan pendejos cómo los de Sowon.

—Son tan míos como de ella yo los crié.
—Por eso están pendejos— interrumpió de nuevo sumándose a las risas estruendosas de su hermano, Mingyu torció los ojos a la vez que sonreía de medio lado, esos tarados eran la dualidad con piernas implacables y crueles pero alborotadores y tontos como un cachorro.

—No seas tan duro, pero una despellejadita o una pasada por la rueda no les hace daño.

—Eso forja el carácter— Los pelinegros se dieron un cinco y desaparecieron.

Mingyu sabía que Sowon la tendría fácil con sus hijos Satansoo y Tzuyufer para llevarlos a Giudecca pero el sabía que hallar a Satanhyun en la superficie y sacar a Key y Woozi de la cueva en donde seguramente el más pequeño estaba asando a su hermano iba a ser una aventura.

La superficie era abrumadora siempre, sus celos por Sowon aumentaban y sólo quería desaparecerla pero sabía que con eso sólo dañaría a su hombre así que no movería un dedo. La angustia de no poder hallar al más pequeño de los suyos también crecía y más cuando lo encontró entre aquella multitud a medio vestir moviéndose como un gusano sobre brasas, sonriente inundado de atención  y su corazón se encogió por ese niño que había crecido a la sombra de sus hermanos, lo observó hasta que sintió su mirada en la suya y el menor saltó a sus brazos.

—Así que mi papito más bonito vino para llevarme a mi castigo ¿me vas a defender verdad papi?

Le revolvió el cabello con cariño —¿Qué dices si antes de eso vamos por unas cervezas para darnos coraje?–

El rubiecito asintió con una gran sonrisa y abrazó a aquel hombre que lo conocía más que nadie.

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Kimchicitossss preciosos de mi cocoro volvi, espero que les esté gustando y me den amorcito miren que no me quiero ver en la obligación de mandarles al Jeonghan calvo jijiji