Marta

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La fiesta de mi bienvenida no había resultado tan mal del todo, fue bueno comprobar que no vivía sola en aquella casa con mi secuestrador. Esa noche Bordat me llevo a mi habitación y decidió quedarse hasta la madrugada contándome historias.

-esa chica rubia que tuvo sexo conmigo se llama Marta, ella quiso ser una de mis chicas por su propia voluntad.

- ¿porque querría ser una de tus putas? –le pregunte retóricamente-

-aunque no lo creas muchas lo hacen por su propia voluntad, son amantes del sexo y hacer algo que te gusta nunca será una tragedia, y mucho menos si ganas dinero con ello.

-entiendo ¿cómo llego ella aquí entonces?

-cuando vivía en Barcelona, la conocí en una fiesta, ella apenas tenía dieciocho años en ese entonces, era una fiesta en uno de los barrios más peligrosos y fieros, había gente de todo tipo, rateros, carteristas, dealer de drogas y prostitutas también por supuesto. Sin embargo, ella era una niña mimada que no encajaba en la alta sociedad, vivía rodeada de lujos, coches muy costosos y estudiaba en el mejor colegio de la ciudad.

-no creo que tener esa vida sea una tragedia. –le dije sarcásticamente-.

-lo creas o no, el dinero muchas veces no hace felices a las personas. Hay gente y conozco a muchos, a los que el dinero, de hecho, les ha llevado a un camino directo a la infelicidad. Marta vivía sola con sus padres, era hija única, pero su vida estaba llena de soledad, sus padres nunca estaban en casa, nunca tenían tiempo para ella, para ver una película, para ir a esquiar, jugar algún deporte, nada. A la gente así lo que le sobra, es falta de autoestima.

-entiendo. –y cuando le conociste en aquella fiesta ¿qué sucedió?

-yo estaba en la fiesta porque un par de amigos me habían invitado, en plan solo de disfrutar, allí nadie sabía la vida que llevo, fumaba y bebía compartiendo con ellos, hasta que una de las chicas de la fiesta me la presento.

Bordat contaba la historia con una nostalgia abrumadora, no sé si eran los tragos, pero parecía contar aquello con amor y honestidad.

-cuando nos presentaron le dije que era un hombre de negocios y ella se mostró muy interesada en mi desde el principio, le dije que no le podía explicar a lo que me dedicaba porque no lo entendería, pero mostro una curiosidad esplendida.

-y que sucedió?

-luego de la fiesta intercambiamos números de contacto y al otro día nos vimos en mi vieja casa de Barcelona. Ella me tenía unas ganas tremendas desde la noche anterior, vimos películas, nos besamos, le ofrecí vino, bebimos e hicimos el amor como unas bestias. Siempre ha sido ese bombón. Estaba claro que la atracción era inminente.

-y le contaste a que te dedicabas de una vez o ¿cómo se enteró?

-se lo dije de una vez, le dije que mi vida estaba en Madrid, que usaba a mujeres para obtener dinero, que las prostituía y pensó que era broma. De hecho, le tuve que enseñar el catalogo para que me creyera.

-que impresionante, jamás pensé que alguien como tú, se enamorara y tuviera sentimientos.

-no los tengo, pero con ella quede enganchado, hablando de atracción, me fascino desde el primer momento, solo quería follarmela y ya.

-y como reacciono, cuando entendió que era cierto lo que le decías.

-dijo que no importaba, que estaba dispuesta a irse conmigo, que su vida no tenía sentido, que a lo mejor conmigo su vida sería un poco más interesante.

-es un poco difícil de creer que cosas así sucedan en la vida real, pero suceden.

-cuando llegamos a Madrid, le hice varias identidades como a todas, y como veis, también debí encadenarla, por si cambiaba de parecer y huía, podría delatarme, no podía tener ningún tipo de privilegio, ella decidió hacerlo por su propia voluntad.

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