Llegamos a Saint Savin un jueves por la tarde, estaba entusiasmada por caminar en las calles donde se ambientaba la historia de mi libro favorito. Paulo Coehlo contaba aquella historia de amor y de entrega que había tocado todas las fibras de mi cuerpo, con el furor de un amor verdadero.
Lorem estaba felíz aquella tarde, mientras llegabamos al pueblo el conducía el coche mirando con asombro el paisaje que nos regalaba la vista. Yo observaba las fotos instantaneas que ya casi llegaban al centenar y veía en cada una de ellas un pequeño recuerdo. Recuerdos que en tan poco tiempo le habian dado un nuevo sentido a mi vida.
Como si se tratase del viejo album de fotos que colecciona los mejores momentos de tu existencia. Sentía que Lorem y yo nos conociamos desde siempre y que ese era un viaje más, de tantos que habiamos hecho antes..
Entramos al pequeño pueblo y empecé a tener una sensación de tristeza inexplicable. Era como entrar al valle de mis sueños y en vez de sentirme feliz me sentía triste.
De pronto vino a mi mente una frase que leí en un libro. "Esta bien sentirte perdido, mientras te estás buscando".
Era cierto, al igual que esta bien sentirse triste, luego de ella sólo puede florecer la alegría. Y realmente en cuatro años perdida, ni siquiera había tenido tiempo para sentirme triste. Me habia convertido en un cuerpo andante sin sentir frío ni calor, sin alegria y sin tristeza y sin eso no se puede vi ir realmente.
Lorem notó que me sentia muy triste, sin embargo decidio apoyarme con su silencio. Y sin hablar sentía que me entendía y que estaba allí para seguirme rescatando.
-gracias. -le dije rompiendo con el silencio-.
-estoy aqui para ti. Respondió Lorem con una mirada llena de honestidad absoluta.
-hay muchas cosas que aún no comprendo. Dije secandome las lágrimas.
-La vida me ha enseñado, que hay cosas que no es necesario comprender.
-¿te hubiese gustado venir aquí con Joana? -le dije mientras nos acercabamos a la fuente del libro.
-me gusta que haya venido hasta aquí contigo Laure.
-¿lo dices en serio?
-pienso que no es necesario imaginarme cosas que simplemente no pueden suceder. Con ella fui al cielo estando en la tierra. No me gustaria cambiar nada de lo que viví con ella.
-lo que estamos viviendo nosotros es una historia que nos pertenece sólo a nosotros y me siento feliz por eso.
Sin saber que decir, solamente lo miré obsequiandole una sonrisa que salía de mi alma, como el mayor agradecimiento a aquellas palabras.
-en verdad es una fuente hermosa. Dijo Lorem sentandose en el borde del estanque.
-nunca pense que estaría en este lugar. Respondí sentandome a su lado.
-nunca digas nunca. -dijo Lorem y se levanto con la camara para hacerme una instantanea sentada en la fuente.
Fuimos hasta el hotel Le Viscos Para hospedarnos, Lorem decidió que pasaríamos una semana completa en Saint Savin y a mi me encantaba la idea, así tendría tiempo para conocer bien el pueblo.
El hotel estaba situado en la misma calle donde se encontraba la fuente, era al estilo de las viejas posadas con sólo dos plantas y una gran sala restaurante.
En invierno no es muy transcurrido el pueblo, pero no me quedan dudas que venir en cualquier época del año será una maravilla.
Ordenamos la habitación aquella tarde, dejamos el equipaje y bajamos a la hermosa sala para cenar. Sin duda el mejor servicio era la comida, atendidos por el Chef que nos ofreció cumplir nuestros deseos así no estuviese en su menú.
Aquella noche Lorem ordenó un Croque Monsiur y yo una ensalada Nicoise.
El comentaba lo acogedor que lucía el pueblo, el hotel, las personas. Y era cierto, era como estar en un ambiente familiar.
Lorem ordenó un vino y el Chef nos recomendó un Montus Château y las dos copas. Nos sirvió y Lorem le pidió que dejase la botella en la mesa. Noté que estaba dispuesto a beber esa noche y eso me agradó, porque yo también quería.
-hoy brindaremos por haber venido a conocer el pueblo de tu libro favorito. -dijo acercandome su copa.
-yo brindaré por haber venido contigo. -le respondí-.
El personal del hotel colocó musica clásica a un volumen muy acorde, que nos permitia disfrutar del vino y de sus melodias tranquilamente sin molestar a los otras tres mesas que ocupaban aquella noche la sala.
Era un ambiente cálido, estabamos disfrutando aquella conversación y sin darnos cuenta las otras tres mesas también bebían vino. Y de vez en cuando alguno levantaba su copa para brindar por el fabuloso servicio del hotel.
Unas dos horas después todos los huespedes estabamos sentados alrededor de la misma mesa, hablando de temas triviales de la vida y cosas cotidianas. Pareciamos cualquier grupo de amigos en una noche de copas. Esa noche descubrí la facilidad que tenía Lorem pafa hacer amigos.
El comentaba sobre su negocio de encomiendas en españa y dos de los presentes en la mesa prometían hacerse clientes cuando necesitaran una encomienda.
Me sentía feliz, sin pensarlo lucíamos como una pareja normal que disfrutaba beber vino y conversar con nuevos amigos sin necesidad de presentarnos como tales.
Luego de la simpatica noche a eso de la 1:00 am nos despedimos y nos fuimos a nuestra habitación.
Cuando entramos a la habitación me di cuenta que esta vez Lorem había ordenado una sola cama matrimonial y sorprendida sin decir palabras le regale una sonrisa y un beso.
Algo embriagados por tanto vino sólo nos quitamos los zapatos torpemente y nos acostamos abrazados hasta quedarnos dormidos.
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EL CÓDIGO ROSA
Ficción General"Laure, una joven dama de compañía, que comercia con el placer por horas, ve su vida dar un giro inesperado cuando es contratada por un misterioso cliente para un viaje que durará exactamente 744 horas. Este viaje se convierte en un trayecto de auto...