Dia 3
Llegaron observando con detenimiento sus casas perfectamente alineadas que forman un paraje de cuento a los pies de los Pirineos.
Ojeando para ver algun hospedaje se pudo ver la Maison Oppoca, que sobresalia poco al estar pintada de los mismos colores que todas las otras casas de la calle, detuvieron el auto. Y entraron al hotel para ordenar una habitaciòn.
Como escena repetida, Lorem ordenò una habitaciòn, con dos camas separadas, entraron y bajaron para pasear por el pequeño pueblo.
Laure leìa un pequeño folleto que le habian dado en la Maison:
"Ainhoa se asienta a lo largo de una sola calle jalonada por antiguas y preciosas casas que conviven en perfecta armonía. No hay ninguna construcción moderna que rompa todo su encanto".
"Dar un paseo por Ainhoa es sinónimo de tranquilidad y belleza absoluta".
"El intenso verde del valle de Xareta contrasta con las preciosas casas que están perfectamente alineadas a ambos lados de la calle. Las más destacadas son las llamadas Grachicotena y Gorritia".
"Las fachadas de las casas más antiguas exhiben inscripciones que sus propietarios originales ordenaron grabar. Algunas de ellas indican el año en que fue construida aunque la más sorprendente hace referencia al origen del capital con la que fue adquirida".
"Esta se halla sobre el dintel de la Casa Gorritia y completa su texto transmitiendo una curiosa costumbre según la cual la primera generación de herederos de una casa no podía deshacerse de ella salvo en el caso de una necesidad extrema".
-¡bueno! Parece ser un pueblito muy interesante.
-es algo pequeño. Dijo Lorem.
-bueno consigamos un lugar donde comer, muero de hambre. Completò.
Luego de comer caminaron por el pueblo para conocerlo y entraron a la catedral Notre Dame, que lleva el mismo nombre que la de Parìs.
La iglesia estaba completamente vacìa, sòlo se escuchaba el eco del caminar de ambos en ella, casi a oscuras por la poca entrada de luz. Era un recinto màgnifico, tambien vestida de blanco como las casas y con balcones colgados en las inmensas paredes laterales, ninguno de los dos eran personas religiosas, pero se sentian inmersos en medio de una paz inexplicable, tomados de la mano desfilaron en silencio por la iglesia y retirandose el ùnico gesto que no habian perdido ambos, lo hicieron como tributo al momento que presenciaban, la señal de la cruz.
-gracias. -Dijo Laure-.
-gracias a ti por venir. -respondiò Lorem.
-quiero que sepas que no sè en que va a terminar todo esto, pero me siento diferente contigo, siento que este viaje lo necesitaba desde hace mucho.
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EL CÓDIGO ROSA
General Fiction"Laure, una joven dama de compañía, que comercia con el placer por horas, ve su vida dar un giro inesperado cuando es contratada por un misterioso cliente para un viaje que durará exactamente 744 horas. Este viaje se convierte en un trayecto de auto...