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Jordan:

Era extraño encontrarme una vez más delante de un horno. El calor era molesto, casi insoportable, pero no tenía otra opción. Necesitaba pagar mi universidad y nadie me quería apoyar con eso.

Cuanto maldigo haber perdido la beca.

Vierto de mala manera la mezcla en un molde y lo llevo al horno.

Ya era el décimo pastel que preparaba ¿esta gente no sabe lo que es comprar galletas de avena?

Odio preparar cosas dulces.

Jordan, necesitamos más panes ―hago una mueca de asco al oír eso― muévete antes de que el jefe vea los estantes vacíos ―ordena molesta¡te estoy hablando Jordan!

¡Ya te oí! ―coloco de mala manera la harina sobre la mesa― No estoy sordo maldita sea ―murmuro mientras rompo un huevo.

―Jojooo ―volteo los ojos ante la nueva voz― ¡Jojooooo! ―alza la voz.

―¿Qué Morgan? ―busco el azúcar.

―Uish, estás de malhumor... ―la escucho suspirar― Ya nada ―escucho como empieza a caminar.

Después me arreglaré con ella, ahora mismo no estoy para nadie.

Volteo los ojos mientras agrego más harina a la porquería de masa que acabo de hacer. Está aguada.

Yo quiero ser chef, no panadero. Aunque mi vocación también es cuestionable. Escogí esa carrera porque era lo que menos odiaba.

No quiero acabar como mis hermanos.

¿Por qué mi madre no me llevó con ella? Tal vez me hubiese dejado tomar un año sabático o simplemente no me obligaría a estudiar. No es complicado, total, es mi vida.

Dejo reposar la masa mientras empiezo a sacar una bandeja con galletas del otro horno.

Escucho como alguien abre la puerta y la estampa contra la pared ocasionando un estropicio.

―¡¿Qué mierda?! ―grito antes de girarme. Al hacerlo noto a una desconocida quien me mira con odio puro― ¿quién eres? ¿qué quieres? ―frunzo el ceño― no damos limosna y si tienes una queja este no es el lugar ―su rostro adquiere un tono rojizo mientras veo como aprieta sus puños.

―Sólo buscaba el baño ―dice entre dientes― pero gracias por la atención. Hablaré inmediatamente con el dueño de este sitio ―se cruza de brazos― tu actuar con un cliente, y peor, con una dama ―empieza a negar― alguien se quedará sin trabajo ―suspira antes de girarse.

Me apresuro a alcanzarla y la tomo del brazo con fuerza― Mira maldita, por ti no pienso perder mi jodido trabajo ―le sonrío― piensa dos veces lo que harás...

―Me estás lastimando ―susurra― ¡Que me lastimas maldito imbécil! ―siento como su palma se estampa con fuerza sobre mi mejilla.

―No debiste hacer eso ―aprieto más mi agarre― te vo-

―¡¿Qué le haces a Iveth Jordan?! ―chilla Morgan antes de deshacer mi agarre― Es la nueva ¿y así la tratas? ¿qué te pasa? ―se posiciona al frente de la tal Iveth quien sonríe tras su espalda con malicia.

Maldita.

―¿Esa trabaja aquí? ―la miro de pies a cabeza― bueno, es entendible.

―¿Esa? ¿entendible? ¿Jordan qué te pasa hoy? ―Morgan me mira espantada― vámonos Iveth, discúlpalo por eso ―la toma de la mano y comienza a caminar.

Mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora