05

47 7 0
                                    

Encontrar la felicidad depende de mí y me sirve a mí...

¿Encontrando eso puedo contrarrestar aquello? ¿Es una oportunidad para darle la vuelta a mi vida y conseguir la tranquilidad que siempre he querido tener?

Tengo miedo de esto... y mucho.

No quiero fallar, no quiero decepcionarme, no quiero sentir que perdí mi tiempo en algo inexistente.

Ya que nunca he fracasado antes.

¿Pero cómo se supone que voy a fracasar si siempre hago lo que los demás desean? Eso no tiene sentido, yo no tengo sentido.

Cómo puedo dar lecciones de vida o decir que soy un alma libre cuando en realidad estoy presa en mi mente, en mis recuerdos.

Porque la libertad no significa tener sexo sin compromiso, no significa fumar o beber a placer, no es pasarse de fiesta en fiesta.

La libertad puede expresarse en lo más monótono, aquello que te hace sentir... bien.

¿Pero qué me hace sentir bien?

Alzo la vista hacia el frente y una cantidad considerable de clientes se abren paso en mi entorno, hay tanto bullicio, risas, regaños, órdenes.

Esto me aburre, no soy feliz aquí, de eso estoy segura.

Creo que lo único que me ata a este sitio era ver a mis... a Jordan y Morgan. Nunca fue por dinero, era más bien una actitud infantil, de dejarse llevar por alguien y no analizar cómo me sentía con eso. Y ahora que no están nada tiene sentido. Todo lo que me dijo mi abuela es cierto, si tu felicidad depende de alguien, cuando este no esté te sentirás miserable.

Dejé que otros decidieran por mí.

Casi dos años trabajando aquí y hasta ahora me doy cuenta de eso, soy patética.

Aunque fue una bendición a la vez, tuve buenas experiencias, no lo negaré. Además, me dieron una oportunidad cuando nadie me contrataba y dudo que ahora sea diferente. Simplemente mi presencia no es confiable y creo que no puedo cambiar esta aura que me fue impuesto.

Aquí al menos me aceptaron así... o tal vez sólo me contrataron por hacerle un favor a mi abuela y todos fingían que me aceptaban, creo que esa opción es más factible.

Esto de analizarse uno mismo es exhaustivo, pero peor es no hallar las respuestas concretas, o hallarlas y que no sean lo que esperabas.

Veo como un cliente se acerca en mi dirección. Detallo su rostro un poco recordando que es el de la mesa 7.

Su ropa me indica que es algún tipo de abogado o tal vez contador, puede tener unos 35 años y facialmente se ve relajado, pero relajado de verdad. ¿Cómo será mi expresión siempre? ¿Daré miedo?

―Buenos días ―musito automática cuando llega a mi posición. Escaneo su cuerpo por completo notando que no se ve nada mal.

No lo hagas Iveth.

―Buen día ―sonríe amable. Ante esa pequeña sonrisa sus ojos prácticamente desaparecieron ¿tendrá descendencia asiática? Los asiáticos son muy buenos...

Siento como mi interior se calienta entre más lo detallo, es una guerra descarada de miradas, pero claramente él no está interesado en mí y eso sólo logra que mi determinación negativa aumente.

Contrólate.

―¿En qué puedo servirle? ―muerdo con fuerza mi lengua con la intención de parar de hablar. Aunque sea a través de la fuerza bruta no dejaré que eso me gane. Yo en realidad no quiero esto y debo centrarme en ese pensamiento.

Mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora