Be My Eyes

Capitulo 17

-¡Deja de pretender de preocuparte por mi, maldita sea! -Grite irritada. Simba detrás de mi asiento gimió sobresaltado. -No sabes nada, Dixie.

¿Sobre la cirugía? -Pregunto sorprendiéndome, -es imposible no saberlo. Tu madre solo habla de eso.

-Ella no quiere que lo haga, -dije volviendo la cara hacia un lado de la ventana. Me crucé de brazos. -Ella piensa que es arriesgado.

-Es arriesgado, -dijo Dixie. Me volví hacia ella con incredulidad.

-No me falta nada. Si la cirugía sale mal, continuaré siendo ciega. El doctor mismo dijo eso.

-No quieres entender el lado de tu madre... -murmuró Dixie. Su voz era más tranquila pero aún irritada.

-Ella no quiere entender el mío.

-Nos preocupamos por ti, Addi.

-¿Nos? -Me reí irónicamente mostrando indiferencia, pero mi corazón latía con fuerza. -No me digas eso.

-¡Maldita sea! -exclamo golpeando el tablero del auto. Me asuste. -¡No empieces con tu indiferencia!

-Como si importara, -murmuré encogiéndome de hombros.

-No sabes nada, Addison... ¡Debes estar callada!

-¿No se qué? -Desafíe volviéndome a su lado, -dime que no se Dixie.

-Olvídalo... -susurró al encender el auto.

-No quiero ir a casa. -Estuvimos en silencio, el auto arrancó, sin moverse.

-¿A donde quieres ir?

-A la playa, -dije en voz baja. Ella se rio.

-Si eso es lo que quieres... -Sentí lágrimas corriéndonos mis mejillas mientras nos dirigíamos a la playa. De la misma manera que había terminado con Sofía. Dixie estaba callada a mi lado y Simba parecía dormir.

Las imágenes de los momentos que pase con Sofía cruzaron mi cabeza como un rayo. -Pasemos un buen rato, -dijo, sonriendo. Fue la ultima sonrisa que vi en su rostro. El día fue tan hermoso y nos prometimos mucho...

Recuerdo su expresión de temor que nunca abandonó mi cabeza. La sensación de desesperación que sentí cuando miré a mi alrededor y la vi desmayarse o ya estaba muerta. Los recuerdos parecían interminables.

Desearía que el tiempo volviera... para poder arreglar todo. Pero ahora estaba Dixie, pensé bajando la cabeza.

Incluso si no hubiera tenido el accidente, ¿me encontraría? ¿Nos encontraríamos?

Sentí lágrimas goteando en mis manos sobre mi regazo.

-¿Estás bien? -pregunto Dixie en voz baja. Su mano aterrizó en mi cabeza.

-Dixie, -murmuré, tragándome el nudo en la garganta. -¿Crees que si no hubiera tenido el accidente nos encontraríamos? -Ella pensó por un momento.

-Te encontraría, -respondió ella con confianza, -seguramente te encontraría.

Intenté sonreír, pero el llanto llegó más fuerte que antes y no puedo soportarlo. Se escaparon varios sollozos y me tapé la boca con la mano. ¿Por qué era tan importante para mi escuchar esto? ¿Y por qué me sentí tan triste?

-Extraño mucho a Sofía, -dije en un sollozo.

-Estoy aquí contigo ahora.

-o-

-Estamos aquí, -anunció Dixie una hora después. Podía escuchar el ruido del mar. De las olas rompiendo sobre las aguas. Podía imaginar la inmensidad del océano que se extendía ante nosotras. El olor a sal que trajo el viento. Simba ladró cuando salió del auto y se encontró con un lugar que no conocía. -¿vamos? -Dixie abrió mi puerta y tomo mi mano. Sonreí y presioné su mano con fuerza contra la mía.