Capitulo 10

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Cuando llegamos frente a mi casa, sabía que ya estaba oscuro. El viento era ma frió y no había luz.

Dixie estacionó el auto en su garaje y luego me llevo a mi casa, siempre sosteniendo mi brazo.

-Si me dices donde estoy, puedo ir sola a casa, -dije, terminando el silencio.

-Te llevaré a casa, respondió ella, poniendo fin a mi posible respuesta. -Hay cuatro pasos aquí.

Subí los escalones, muy seguro, ya sabiendo donde estaba. Nos detuvimos a un paso de la puerta principal. Se colocó delante de mi.

-¿Y entonces?

-¿Y luego que? -ajunte mis manos y chasquee un dedo.

-Creo que el día fue bueno para ti. -Comenzó Dixie, al ver que no llegaría al punto.

-No mentiré, -murmuré un poco incómoda, -fue agradable.

-¿Y entonces...? -Ella estaba sonriendo, solo lo supe por la entonación de la voz.

-Y entonces el día fue agradable, -repetí, asintiendo.

-Eso es bueno, -se rio, -¿Algo más?

-Si... -Respire hondo, -la respuesta de sol era hermosa.

-De verdad.

Ella no llegaría al asunto que volaba en el aire. No quería alcanzarlo, pero por lo que podía decir, eso era lo que debía hacer.

-No creo que debamos salir más.

-¿Por que? -Ella parecía genuinamente sorprendida.

-Tienes novia, no tienes que perder tu tiempo conmigo.

-Maddison sabe muy bien lo que hago, Addi. No hagas excusas para no salir más conmigo, si no quieres, solo di..

-¡No! -Exclamé fuerte y rápido. Respire hondo, mordiéndome los labios. -Eso no es todo, -me reí nerviosamente, apretando los dedos, -Hoy fue un muy buen día. Yo solo...

-No tienes justificación.

Si lo hice, pensé. Me estaba enamorado de ella. Para una niña esa fue la razón. No podía  enamorarme de Dixie.

-Nos veremos la próxima semana, -dijo muy segura de si misma. No tuve la fuerza para decir que no, ¿verdad?

-Está bien. -susurre, bajando la cabeza.

-Adios Dixie, te veo, -traté de ser graciosa, pero ella no se rió.

Ella dio un paso hacia mi y mi corazón latió con fuerza. ¿Que iba a hacer ella?

-¿Dixie? -murmuré, levantando mi mano para alejarla. -Te dije que nunca me besarás de nuevo.

-Está bien, se volvió. -Adios Addi.

Escuché sus pasos rápidos cruzar la hierba, luego la acera hacia la casa vecina. Cuando entré en la casa, me sentí temblando.

-¡Buenas noches cariño! -exclamo mi madre. -¡Es hora de cenar!

-Buenas noches, mamá, -baje a la sala de estar.

-¿Como estuvo el día? ¿A donde fueron Dixie y tu? ¿Saldrán de nuevo? -Mi madre estaba a mi lado, llenándome de preguntas impertinentes. Me reí.

-El día estuvo bien, -me recogí de hombros, ya sintiéndome tranquila. Estaba en mi territorio otra vez, un lugar que conocía y no me sentía amenazada. Necesito ducharme.

-¡Oh Por supuesto! Debes estar cansada. Hablaré con maria para servir la cena un poco más tarde.

-Gracias, -dije, yéndome a mi habitación.

-Addi, -volvió a llamar mi madre. -tus mejillas están sonrojadas, creo que salir te hizo bien.

Estaba contenta de que tuviera una amiga. Mi madre sabía que de hecho, apenas me relacioné con las personas que asistieron al instituto. Tampoco se como me las arreglaré para aislarme y vivir así sin pasar tiempo sin hacer nada con nadie o hablar con alguien que no sea mi mamá y mi papá.

Sabía que me había convertido en una persona cerrada que erigía barreras para cualquier intento de acercamiento externo, pero... Tal vez solo tengo miedo de perder a la persona con la que me relaciono nuevamente, tal vez no tengo la fuerza para soportarlo...

Be My EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora