Capitulo 1

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-¡Addison!-Escuche a mi madre gritar desde la Cocina.

Me levante de mi cama y fui a la puerta del dormitorio.

-¿Algún problema?-pregunte

-¿Puedes venir un momento,cariño?

Mi habitación estaba en la planta baja de la casa y para llegar a la cocina,solo cruzo la sala de estar.

Di unos pasos haci adelante, dejando mi habitación, entrando a la sala y cayendo poco después. Me había tropezado con algo que no era común en mi propia casa. Escuche algo caer,fuertemente a mi lado y un dolor aguado en mi brazo me hizo gemir suavemente. Me senté en la alfombra,agarrando mi brazo dolorido con la otra mano. Estaba confundida

Mi madre no cambiaría ningún mueble a propósito, y seguramente si lo hiciera, me avisarían primero.

-Addison,que...¡Dios mío!-Escuche los pasos rápidos de mi madre viniendo hacia mi para detenerse justo frente a mi- estás bien? ¿que sucedió?

Su voz era hermosa, tranquila. Mi madre siempre me contaba cuentos antes de dormir,porque su voz tenía el poder de tranquilizarme.

-Me encontré con algo- dije con una pequeña sonrisa, todavía masajeando mi brazo- Estoy bien.

-Vamos,te ayudaré a levantarte.- De pie sentí las manos de mi madre en mi cara.-¡La culpa fue mía!-Exclamo, sonando molesta.-Olvidé advertirte que deje un pedestal cerca de la entrada de tu habitación.- su voz era ahogada- ¡Dios mío! Podría haberte caído encima. A veces no se lo que tengo en mente,parece que...

-Mamá!- Exclamé, haciéndola callar- Estoy bien,¿no dije eso?

-Pero, ¿y si... -la interrumpí.- Ahora deja de llorar, estoy bien.

-No estoy llorando.

-Si, tu estás.- Levanté el brazo y busqué en su rostro. Cuando lo toqué, sus mejillas estaban húmedas. -Llorando -le dije, sonriendo.

Lo sentí cuando sus pómulos se levantaron. Ella estaba sonriendo.

-Ah, Addi! Cada vez que te veo así, me aprieta aquí.

-Han pasado un año y tres meses -le dije, regañandola -deberías haberte acostumbrado.

-No siempre acostumbrarse es aceptar.

Estaba callada y me limpié las manos mojadas en los pantalones.

[Flashback]

Hace un año, tuve un grave accidente automovilístico. Mi amiga, que conducía, había muerto camino al hospital de detención cardiopulmonar. Sofía tenía 16 años, la misma edad que la mía y acababa de obtener una licencia de conducir. Íbamos a la playa solo después de muchos planes. Era verano El día era cálido, ideal para un viaje.

-Paseamos un buen rato -dijo, sonriendo activando el sonido al último volumen cuando salíamos a la carretera.

Media hora después, con todas las ventanas abiertas y el viento soplando en su cabello, Sofía noto algo extraño en el camino. Se tocaron varias bocinas al mismo tiempo y los automóviles comenzaron a detenerse al costado de la carretera. Sin comprender la conmoción, Sofía decidió continuar el camino e ignorar lo que estaba sucediendo, ya que estábamos a pocos metros de la entrada de la pista que tomaríamos hacia la playa.

Fue entonces cuando sonó una bocina más fuerte. Miramos hacia atrás, sorprendidas, y vimos un camino enorme que se acercaba a nosotros, totalmente fuera de control. El conductor hizo gestos frenéticos con las manos para sacarnos del camino, pero no había lugar a un lado de la carretera. La mirada de Sofía era desesperación y yo estaba gritando histéricamente para que tocara en cualquier lugar, pero nadie dio entrada.

El choque del camión en el automóvil fue ruidoso, sordo y si no fuera por el cinturón de seguridad, el parabrisas nos arrojaría.

El camión nos arrastró al carril, hasta una curva cerrada, donde nos arrojaron fuera de la carretera. Vi que le mundo giraba a mi alrededor, recuerdo que mis manos se aferraron a algo en el auto y Sofía, a mi lado, ya estaba inconsciente. Nunca he experimentado tal temor.

El primer impacto del techo del auto con el piso hizo que todo el auto se estremeciera y las ventanas explotaran y con miedo, abrí más los ojos. Después de eso, sentí un dolor aguado en los ojos, lo que me hizo tener un síncope.

Brillantes luces brillaron en mis ojos que dolían como si hubieran sido arrancadas. Luces, oscuridad, luces, oscuridad...Oscuridad, oscuridad. Y así es como he estado viviendo desde ese día...

Be My EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora