-Quiero ser tus ojos, -dijo Dixie suavemente y su voz sonó muy seria.
Esa frase siguió flotando en mis oídos hasta que comenzó a tener sentido. Empecé a sentir calor por dentro. ¿Como puede ella proponer tal cosa? Sentí la ira aumentando incontrolablemente a través de mi cuerpo. Me levanté rápidamente, escuchando la silla caer hacia atrás. La mesa quedó en silencio.
-¿Crees que es divertido ser ciega, Dixie? ¿Crees que es divertido querer jugar a mi perro guía? -Pregunté, colocando mis manos sobre la mesa e inclinándome hacia ella. Respire rápido, -Eres una completa idiota
-Addison, -Escuché que mi madre me regañaba, sorprendida por mi repentina reacción.
-¡No te acerques a mi! -Exclamé, comenzando a alejarme, casi tropezando con el escalón que llevaba al patio trasero.
Estaba en el jardín, sintiendo que el viento golpeaba mi rostro, traté de calmarme para no llorar. Tiré mis lentes con disgusto. Nunca pensé que alguien pudiera jugar conmigo así. Nunca pensé que... ¿Cómo podía ella?
¿Que tipo de propuesta pensó ella que me estaba haciendo? No tenía idea de lo que era ser ciega. Tener que depender de otros para hacer cualquier cosa. De tener que usar ropa que ni siquiera sabía cómo se veían. No sabía lo que era conocer a alguien, sin saber qué aspecto tenía, su sonrisa. Ya no puedo ver el color del cielo cuando esta lloviendo o cuando se pone el sol. ¡Ella no sabía nada de eso! ¡Fue una tonta!
Me humedecí los labios al oír el sonido del viento golpear las flores allí y traerme un dulce, dulce olor. Ni siquiera sabía en qué parte del jardín estaba en ese momento. Me dieron ganas de gritar.
-Addison, -Pasos se me acercaron. Era Dixie
-¿Cómo lo haces? -Pregunté lentamente, controlando mi ira. -¿Cómo puedes parecer que tienes que hablar conmigo después de lo que hiciste?
-No quise ofenderte, -dijo en voz baja, aun acercándose.
-No tenías derecho, Dixie de hacerme esto. No me conoces. No sabes por lo que pase para llegar a lo que soy hoy. No puedes venir queriendo cambiar mi mundo.
-Solo quería. -Estaba justo detrás de mi y su voz cercana me hizo estremecer. -No se lo que estaba pasando por mi cabeza. Te vez tan triste. ¡Y no tienes que aislarte por qué eres ciega! Yo quería ayudar.
Suspire, sacudiendo mi cabeza lentamente.
-No quiero y no necesito tu ayuda.
-Dame una oportunidad, Addi, -dijo ella, parándose frente a mi. Su perfume flotaba hacia mi.
Me reí con ironía, bajando la cara.
-Tus ojos no han perdido color, -dijo Dixie, levantando mi rostro por mi barbilla. Este gesto me dejó sin acción. Una corriente de electricidad corrió por mi cuerpo, Me aleje.
-¿Y que harás si acepto tu propuesta? ¿Decirme qué hay en mi jardín? ¿Llevarme a dar un paseo a la vuelta de la esquina? Eso es un poco patético, Dixie.
Crucé los brazos sobre mi pecho preguntándome cuántos pasos estaría de la puerta, Odiaba estar perdida.
-Si me preguntas, lo hago. -Me di cuenta por la entonación de su voz que estaba sonriendo. -Pero eso no es lo que tengo en mente.
-¿Y que tienes en mente?
-Parques, tal vez... Un lugar divertido, dónde estés sola y mi estado de ánimo.
-No entiendo por qué crees que estoy sola. -Mi irritación disminuía considerablemente.
-¿Y no?
-No, Voy a un instituto dos veces por semana y también tengo clases particulares. Siempre estoy con Simba o con mi madre, No me siento sola.
-Tu horario está lleno, -comentó Dixie. Me di cuenta de que estaba caminando de un lado a otro.
-Bastante lleno, -corregí, y luego me regañe a mi misma, porque acababa de decir, incluso indirectamente que tenía tiempo para hacer shows con ella.
Dixie se rio al ver que el clima era templado.
-Acepta, Addi, -dijo viniendo hacia mi otra vez. -Solo sal conmigo una vez, como amigas y si no te gusta no insistiré.
-Ya estás insistiendo
-Solo una vez... Solo una vez.
Me mordí el labio indecisa. Sabía que Dixie tenía buenas intenciones, pero no estaba acostumbrada a confiar en extraños. Me puso nerviosa y confundida.
-Esta bien. Solo una vez, -acepté con un suspiro incierto.
-No te arrepentirás. -Si mano aterrizó en mi cara y su aroma se acercó. Sus labios aterrizaron en mi mejilla. Mi corazón se aceleró por un momento y volví a temblar.
Ella retrocedió.
-No quiero que vuelvas hacer eso, -la regañe, dándome la vuelta e intentando adivinar el camino de regreso a casa.
-Por aquí. -Dixie tomo mis brazos y me guío a mi casa.
Las voces provenían de la sala de estar. Ya habían terminado de cenar y deberían haber estado tomando café. Cuando llegamos a la habitación, la conversación se detuvo.
-Disculpen, -murmuré con una pequeña sonrisa, -No suelo hacer eso.
-No te preocupes, ya me disculpe con ellos, Addi. -dijo Dixie apretando mis brazos, -Aquí hay un paso.
-Yo se
-Tal vez estás cansada, Addi, ¿quieres ir a la cama? -Preguntó mi madre, acercándose. Su voz era preocupada y baja.
-Eso crees, -murmuré teniéndole la mano. -Buenas noches, Dixie.
-Nos vemos mañana a las 3 pm, -escuchar eso, me hizo parar y volverme hacía ella. -Salgamos, ¿lo olvidaste?
-¡Oh!... Por supuesto, murmuré con inquietud.
-¡No te preocupes querida! -Exclamo la madre de Dixie. -Buenas noches
-Vamos mamá.
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Be My Eyes
RomanceHace un año tuve un grave accidente automovilístico mi amiga que conducía,había muerto camino al hospital de detención cardiopulmonar.Fue difícil adaptarse. Al principio todo fue molesto especialmente la muerte de Sofía.Fue difícil vivir con eso. En...