Me senté en el sofá durante varios minutos escuchando mi propio aliento, pensando en todas la personas con las que había hablado esa tarde. Pensando en Maddison y Dixie juntas. Pensando en Camila y en la dulce forma en que me trató... Pensando en cómo todos me aceptaron sin preguntar ni comentarios embarazosos. Sonreí había pasado un tiempo desde que había socializado tanto tiempo, pero al mismo tiempo... Al mismo tiempo, deseé que esta tarde no hubiera sucedido. Nunca me había sentido tan lejos de Dixie como me había sentido estando de pie junto Camila o estando con mi madre. Cada vez que se dirigía a mi, su voz era fría y distante, como si no fuéramos amigos... Pero no debería importarme eso. No debería... Eso es lo que dijo mi cabeza.
El timbre sonó en ese momento y giré la cabeza hacia la puerta. El timbre volvió a sonar y me levanté al pasillo.
-¿Quien es? -Pregunté con mi mano en el pestillo.
-Abre la puerta, Addison. -La voz de Dixie sonó enojada y baja. Me detuve por un momento, preguntándome que estaba haciendo aquí. -¡Abre la puerta!
-¿Que Es lo que quieres? -Pregunté de nuevo, con mi voz fría.
-¿Por que te fuiste de mi casa sin despedirte de los demás?
-¡Debes de estar bromeando! -Me reí suavemente y levanté la cabeza.
-Si pudieras ver mi expresión ahora, sabrías que no estoy bromeando.
-Deberías estar con tus amigos y tu novia ahora, -dije en voz baja.
-No se por qué insistió, Addi... Sinceramente, no lo sé.
-Entonces ríndete. -La respiración de Dixie era rápida y fuerte. -Véte, -le dije cortésmente.
-Todo ese momento en la mesa con mis amigos... ¿Que fue eso, Addi? ¿Pretendiendo? Cuando Camila te tomo de la mano y te sonrojaste... ¿Fue un pretexto? -Pregunto controlando el tono de voz.
-Véte, -le dije de nuevo.
-¡No, no me voy! -Exclamo Dixie, -¡Parece que tienes más fases que la luna! ¡Pensé que estabas divertido hoy! A mis amigos les gustaste. Maddison solo necesitaba pedirte que fueras su amiga. No tenías razón para irte así, como si se ignorara a un niño berrinchudo. ¿Crees que tu madre se divierte sabiendo que estás aquí sola?
-¿Es por eso que viniste aquí? ¡Mierda,Dixie! -Exclamo enojada, -¿Quien crees que eres para darme una conferencia? ¿Mi madre? ¿Mi hermana?
-Pensé que después de ayer, ya no pelearíamos más... Pero contigo es imposible.
-¿Después de ayer? Por qué creíste mi pretensión no podía esperar para irme, Dixie. No podía soportar estar más cerca de ti. -Mentí sintiéndome mi corazón latía en mi pecho, -¿Y porque crees que asistí a esta barbacoa? Fue por pura educación. ¡Educación pura!
Estuvimos calladas. Ambas con respiración rápida y enojo hirviendo por cada poro. Me humedecí los labios nerviosamente.
-Felicidades... -Dijo en voz baja. -No sabía que además de ciega eras buena actriz. -Tragué saliva, sintiendo mis ojos picar bajo mis lentes. Di un paso atrás sin responder. Sentí como si me hubieran dado una bofetada en la cara, pero no se si dolería mas de lo que acabo escuchar. El aire se tensó.
-Eres falsa, -continuó Dixie. -Lastima que no hayas visto eso antes.
Me reí nerviosamente, tragándome el grito.
-Fuiste advertida, -murmuré, -dije que no me conocías. -Dije que no tenías derecho a tratar de cambiar mi mundo. No puedes hacer milagros, Dixie. Soy así... Ciega... Y una gran actriz, como mencionaste. Ahora pienso... Debería volver con tus amigos y novia. Regresa a tu mundo y deja el mío solo. Has hecho lo suficiente.
-No, no lo hice. Ni siquiera me dejaste comenzar, Addi... No te permites acercarte a nadie y por eso hace tanto frío por dentro y fuera. Hoy puedo decir que te compadezco.
Sentí una lagrima gotear por mi cara y la giré en otra dirección, secándola rápidamente.
-Vete, -dije, caminando hacia mi habitación, pero pronto sentí que me tiraban del brazo con fuerza. Grite, empujándola hacia atrás, pero la mesa de café estaba justo detrás de mi, lo que me hizo caer sobre ella. Mis gafas se cayeron de mis ojos que lagrimean. Solté un sollozo.
-¡Addi! -Dixie se inclinó y agarro mi brazo para ayudarme a levantarme. -¿Estás bien?
-¡Déjame en paz! -Exclame, agachándome en el suelo buscando mis lentes. Ella no podía verme llorando. No puede... Solloce de nuevo y me senté en el suelo, me dolía el corazón.
Puse mis manos sobre mis ojos húmedos,escondido mi rostro y respire hondo.
-Me estás rompiendo, Dixie, -murmuré, secándome las lágrimas. El aliento se redujo a la mitad.
-No quise hacerlo. -Dixie se sentó a mi lado y paso una mano sobre mis hombros.
-Véte... -Pedi por cuarta vez. -Véte y olvídame. Yo... no puedo ser tu amiga. Eso no es lo que quiero... No podría soportarlo.
-Addi, yo... disculpa, yo...
-¡ALÉGATE! -Grite entre lágrimas y sollozos.
Me tomo un tiempo, pero sentí su mano moverse ligeramente de mi hombro y escuché sus pasos hacia la puerta. Ella dudo un momento antes de subir las escaleras del pasillo y abrir la puerta, pero se abrió y cerró poco después.
Me dolía el corazón, estaba apretada, abrumada.
Nunca había llorado tanto como lloré en ese momento, y nunca había sentido un dolor tan fuerte e intenso tampoco. Pero un día ella pasaría... Siempre fue así... Fue así con Sara y sería así con Dixie.
Cuando abrí los ojos el lunes por la mañana, pensé que todavía estaba soñando. Mi visión era borrosa en extremo, pero podía ver los colores borrosos de mi habitación, el color azul de la pared y el amarillo y el rojo...
Cerré los ojos de nuevo con incredulidad y los presione, sacudiendo la cabeza. Eso fue imposible. Estaba ciega, el médico dijo que no tenía posibilidad a volver a ver.
Los abrí de nuevo, esperando ver mi habitación claramente, pero no había nada más.
Todos estaba oscuro ora vez.
Me humedecí los labios, nerviosa y confundida. No había sido una alucinación, en realidad había visto los contornos de los muebles de mi habitación,pero ¿como?
-¡MADRE! -Grite llamándola. -¡MADRE!
Mis ojos comenzaron a arder, como expuestos a la luz y pronto se humedecieron. La puerta de mi habitación se abrió de golpe y unos pasos salieron corriendo de la cama.
-¿Que paso? -pregunto preocupada de verme con los ojos cerrados y las mejillas húmedas. -¡Addison, habla!
-Esta ardiendo... -murmuré, incapaz de abrir los ojos. -Yo... vi los colores cuando desperté.
-¿Que? ¡Ay Dios mío! -Mi madre se levanto después de volver a sentarse, -¿Estas segura?
-¡Claro que si! -Exclame irritada. Estaba ardiendo mucho, -¡Duele! Es como si estuviera en mi primera semana en el hospital. -¡No puedo abrirlos!
-Si los abres, ¿aún puedes ver algo? -Mi madre estaba ansiosa. Sacudí mi cabeza no.
-Due solo cuando desperté.
-Esta bien... está bien, -suspiro, sin saber que hacer y luego chasqueo la lengua. -Vamos al médico. ¿Bien? Vamos al médico... -La cama se movió y poco después de que se abrió la puerta del armario. -Vamos, levántate. Cuando termines de prepárate, avísame. Llamaré al doctor.
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Be My Eyes
RomanceHace un año tuve un grave accidente automovilístico mi amiga que conducía,había muerto camino al hospital de detención cardiopulmonar.Fue difícil adaptarse. Al principio todo fue molesto especialmente la muerte de Sofía.Fue difícil vivir con eso. En...